July 28, 2016

The X-Men # 5, 6 & 7 - Stan Lee & Jack Kirby

If we take a look at the first issues of most Marvel titles in the 60s, we’ll quickly realize that quite often the first villain to fight against the heroes isn’t necessarily a memorable foe. In fact, the most iconic enemies would only appear several months after the superheroes debut; for instance, in Fantastic Four # 1, the quartet defeats the Moleman, and readers would have to wait a while until the first appearance of Doctor Doom; the same thing happens with Spider-Man (the Green Goblin isn’t the first adversary to show up), Daredevil (no Kingpin in sight during the first adventures), Hulk, Iron Man, etc. 

It seems like only the X-Men got to meet their quintessential villain in the first issue. Indeed, Magneto’s tremendous popularity amongst the readers surely explains why he would soon monopolize the pages of The X-Men. Magneto and his Brotherhood of Evil Mutants reappear in “Trapped: One X-Man” (originally published in The X-Men # 5, May 1964). 

Although these comics were published half a century ago, they’re still incredibly entertaining. And many of the concepts developed by Stan Lee and Jack Kirby remain as fresh today as they were back in the 60s. I was born a couple of decades after the Marvel Comics renaissance, but thanks to the X-Men cartoons from the 90s I was familiar with the Danger Room (the training room), Asteroid M (Magneto’s secret headquarters) or Cerebro (the machine that would enhance Professor X’s already formidable mental powers). And today, even younger generations might have come across such things in the X-Men movies. The fact that now, in the 21st century, we can still find joy in concepts that were first seen on the page 50 years ago proves the immense talent of Lee and Kirby as creators.

I absolutely love the way Stan ‘the Man’ Lee grants us access into the private lives of the characters. It doesn’t matter if we’re talking about heroes or villains, Lee always manages to portray their intimate thoughts, dreams and fears so clearly that we immediately identify with them. Although it was quite rare at the time, Lee always included some redeeming element in his bad guys, and plenty of defects in his good guys, thus balancing things out. 

“Sub-Mariner Joins the Evil Mutants” (The X-Men # 6, July 1964) is self-explanatory enough. Namor, prince of Atlantis, is persuaded by Magneto to join the Brotherhood of Evil Mutants, but of course this is a very short-lived alliance. In “The Return of the Blob” (The X-Men # 7, September 1964), the X-Men once again thwart the plans of the master of magnetism, defeating the Blob and the rest of the evil mutants. In these stories, we learn more about Wanda Maximoff (Scarlet Witch) and her overprotective brother Pietro Maximoff (Quicksilver). 
The end of an era? / ¿El fin de una era?
The X-Men are still kids that need the guidance of their mentor, and as Xavier himself affirms “all I did was take the talent all of you already had and channel it in the right direction”. But the young mutants are still learning all the time; personally I find the naïveté and sometimes right-out clumsiness of “the most unusual teen-agers of all time” absolutely delightful. Moments like the surprise visit of Jean Grey’s parents can be really amusing, but maybe nothing beats the X-Men’s visit to Greenwich Village, home of the beatnik scene with all its countercultural references and hippy flavor; although it may be a little bit too caricaturized it’s nonetheless one of the funniest sequences we could find in the first year of X-Men. It’s also in Greenwich Village where we get to see how Bobby Drake turns down a girl who is very fond of him, explaining her that he is “a real busy guy”. Obviously, this harmless detail couldn’t be considered as conclusive evidence of Iceman’s repressed homosexuality, but it’s one of the many ambiguous situations that could raise suspicions amongst readers of the 21st century.
Secret identities / identidades secretas
Jack Kirby really hits his stride in these issues, creating some truly wonderful pages. One of my favorites is the splash page of X-Men # 5. A solemn scenario populated by brooding and somber heroes, uncannily human and yet superhuman at the same time (Cyclops’s grave demeanor and Xavier’s expression of defeat are priceless). The fighting sequences in Asteroid M or against Namor are also amazing. And, of course, Kirby’s covers are absolutely impressive.
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Si echamos un vistazo a los primeros números de la mayoría de los títulos de Marvel de los 60s, nos daremos cuenta rápidamente de que muy a menudo el primer villano con el que luchan los héroes no es necesariamente un enemigo memorable. De hecho, los enemigos más emblemáticos solamente aparecerían varios meses después del debut de los superhéroes; por ejemplo, en Fantastic Four # 1, el cuarteto vence a Moleman, y el lector tendría que esperar varios meses hasta la primera aparición de Doctor Doom; lo mismo sucede con el Spider-Man (el Duende Verde no es el primer adversario en aparecer), Daredevil (sin Kingpin a la vista durante las primeras aventuras), Hulk, Iron Man, etc.
Asteroid M

Parece que sólo los X-Men llegan a conocer a su villano por excelencia en el primer número. De hecho, la gran popularidad de Magneto entre los lectores explica por qué él rápidamente monopoliza las páginas de X-Men. Magneto y su Hermandad de Mutantes Diabólicos vuelven a aparecer en “Atrapado: Hombre X” (publicado originalmente en The X-Men # 5, mayo de 1964).

Aunque estos cómics se publicaron hace medio siglo, siguen siendo increíblemente entretenidos. Y muchos de los conceptos desarrollados por Stan Lee y Jack Kirby siguen siendo tan frescos hoy como lo fueron en los 60s. Nací un par de décadas después del renacimiento de Marvel Comics, pero gracias a los dibujos animados de X-Men de los 90s estuve familiarizado con el cuarto del peligro (la sala de entrenamiento), el asteroide M (cuartel general secreto de Magneto) o Cerebro (la máquina que aumenta las formidables facultades mentales del Profesor X). Y hoy, las generaciones más jóvenes, también conocen todo esto gracias a las películas de X-Men. El hecho de que ahora, en el siglo XXI, todavía podemos disfrutar los conceptos que aparecieron por primera vez hace 50 años, demuestra el inmenso talento de Lee y Kirby como creadores.

Me encanta la forma en que Stan 'the Man' Lee nos permite acceder a la vida privada de los personajes. No importa si estamos hablando de héroes o villanos, Lee siempre se las arregla para retratar sus pensamientos íntimos, sueños y temores tan claramente que nos identificamos inmediatamente con ellos. A pesar de que era algo inusual en esos años, Lee siempre incluye algún elemento redentor en los malos, y un montón de defectos en los buenos, equilibrando así la balanza.
X-Men versus Namor
En “Sub-Mariner se une a los mutantes diabólicos” (The X-Men # 6, julio de 1964), Namor, el príncipe de Atlantis, es persuadido por Magneto para unirse a la Hermandad de Mutantes Diabólicos, pero por supuesto esta es una alianza de muy corta duración. En “El retorno de Blob” (The X-Men # 7, septiembre de 1964), los X-Men, una vez más, frustran los planes del maestro del magnetismo, derrotan a Blob y al resto de los mutantes malvados. En estas historias, descubrimos más información sobre Wanda Maximoff (Scarlet Witch) y su hermano sobreprotector Pietro Maximoff (Quicksilver).
Graduation Day / Día de graduación
Los X-Men siguen siendo chiquillos que necesitan ser guiados por su mentor, y como Xavier afirma “todo lo que hice fue tomar el talento que todos ustedes ya tenían y canalizarlo en la dirección correcta”. Pero los jóvenes mutantes todavía están aprendiendo todo el tiempo; personalmente encuentro la ingenuidad y torpeza juvenil de “los más inusuales adolescentes de todos los tiempos” absolutamente deliciosas. Momentos como la visita sorpresa de los padres de Jean Grey son muy divertidos, pero pocas cosas superan la visita de los X-Men a Greenwich Village, escenario del movimiento beatnik con todas sus referencias contraculturales y alegorías hippy; aunque puede ser demasiado caricaturizada, no obstante, esta es una de las secuencias más divertidas del primer año de los X-Men. Es también en Greenwich Village donde podemos ver cómo Bobby Drake rechaza a una chica que está muy interesada en él; la explicación del muchacho es que “está verdaderamente ocupado”. Obviamente, este detalle inofensivo no podría considerarse como prueba concluyente de la homosexualidad reprimida de Iceman, pero es una de las muchas situaciones ambiguas que podrían apoyar las sospechas de los lectores del siglo XXI.
The Brotherhood of Evil Mutants / La Hermandad de Mutantes Diabólicos
El arte de Jack Kirby sigue mejorando, y aquí hay algunas páginas verdaderamente maravillosas. Una de mis favoritas es la página inicial de X-Men # 5. Un escenario solemne poblado por héroes melancólicos y sombríos, asombrosamente humanos y simultáneamente sobrehumanos (el gesto apesadumbrado de Cyclops y la expresión de derrota de Xavier son impactantes). Las secuencias de lucha en el asteroide M o en contra de Namor también son increíbles. Y, por supuesto, las portadas de Kirby son absolutamente impresionantes.

July 24, 2016

Huck - Mark Millar & Rafael Albuquerque

It’s been over a decade since I read Superman: Red Son for the first time, an Elseworlds project written by Mark Millar that turned out to be one of the best Superman stories ever written.  Red Son is up there with Alan Moore’s “Whatever Happened to the Man of Tomorrow” or John Byrne’s “Man of Steel”, it really is that good. And that shouldn’t come as a surprise, given the fact that Millar has often explained how much he loves Superman. But, save a few issues here and there, he was never a frequent Superman writer back when he was still working for DC Comics.

So as the smart man he is, Millar found the way to scratch this literary itch in the form of Superior and now Huck. Both works complement each other rather nicely, so I think it would be fitting to read them (or re-read them) at the same time. Huck is a friendly approach to the superhero genre with a nice touch of brightness and candor. In the words of Antony Delfini “we live in a world of cynicism, materialism, vanity, and selfishness. Huck is a breadth of fresh air because he’s the opposite of that mentality”.

Huck is a big guy –with an even bigger heart– from a small American town. He does at least one good deed a day, and he has become a blessing for all the people around him. But as soon as he decides to expand his radius of influence, and help men and women outside the US, his secret is now out in the open. No longer the town’s mysterious Samaritan, Huck is now a reluctant celebrity who must fight against hordes of newspaper journalists and TV reporters… and in the process he’s offered the possibility of finding out who his real mother is. 

There is something deceptively simple about Millar’s concept. This isn’t just a homage to Superman’s roots, it’s also an insightful portray of who we are as a society and what we expect, as readers, from our heroes. Huck is the guy who will help others asking for nothing in return. Some might consider that an odd behavior, why work so hard for others when he could become the richest man on Earth? Why is he so modest when he could be worldwide famous? Why bother to intervene when he could be much better off by simply abstaining from the conflicts of his nation? Perhaps because he believes he can make a difference, and because he everything he does is for the right reason. 

So instead of mindlessly fighting against supervillains like Superman does in his monthly titles, Huck lives a quiet life, preventing conflicts instead of going into battle, helping others in time so that he won’t have to worry about them later. There is something absolutely charming about this resurrection of the classic superhero. 
Huck
Of course, there is also plenty of action in Huck, as he will be forced to fight against a powerful android who keeps his mother in prison. The action scenes are adequate, but personally I think they betray a little bit the essence of the protagonist. Perhaps it would’ve been more interesting to focus more on Huck’s everyday life and, just for once, forget about the evil villain lurking in the shadows.

To be honest, it took me a couple of issues to warm up to Rafael Albuquerque’s style but I ended up enjoying his contribution. An accomplished penciler and inker, Albuquerque rose to prominence after his collaborations in Vertigo’s American Vampire. He doesn’t seem to be too keen on details or realistic anatomy, but that doesn’t detract from the evident value of his work. In fact, it’s thanks to his loose lines, his dynamic composition and his kinetic pages that we can appreciate the true nature of a character like Huck. His lines are wonderfully enhanced by Dave McCaig’s coloring, who provides the right mood in every scene with just a touch of the right pigment.
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Ha pasado más de una década desde que leí por primera vez “Superman: Red Son”, un proyecto Elseworlds escrito por Mark Millar que resultó ser una de las mejores historias de Superman de los últimos 75 años. Red Son es comparable con “¿Qué pasó con el Hombre del Mañana?” de Alan Moore o Man of Steel” de John Byrne. Y eso no debería ser una sorpresa, teniendo en cuenta que Millar ha explicado a menudo lo mucho que le encanta Superman. Pero, salvo algunos números desperdigados, él nunca fue un escritor habitual de Superman en la época en la que todavía estaba trabajando para DC Comics.
visiting a rough neighborhood / visitando un vecindario peligroso

Millar, con la astucia que lo caracteriza, encontró la manera de rascarse esta picazón literaria bajo la forma de Superior y ahora “Huck”. Ambos trabajos se complementan entre sí bastante bien, así que creo que sería adecuado leerlos (o re-leerlos) al mismo tiempo. Huck es un enfoque amigable sobre el género de los superhéroes, con un toque de optimismo y sinceridad. En palabras de Antonio Delfini “vivimos en un mundo de cinismo, materialismo, vanidad y egoísmo. Huck es una bocanada de aire fresco porque es lo opuesto de esa mentalidad”.

Huck es un sujeto grande –con un corazón aún más grande– en una pequeña ciudad norteamericana. Él hace por lo menos una buena acción al día, y se ha convertido en una bendición para todos los que lo rodean. Pero apenas decide ampliar su radio de influencia, y ayudar a la gente en otros países, su secreto sale a flote. En vez de ser el misterioso samaritano del pueblito, Huck es ahora una celebridad que debe luchar contra las hordas de periodistas de la prensa y reporteros de televisión... y en el proceso podrá descubrir quién es su verdadera madre.

El concepto central de Millar es aparentemente muy simple. Esto no es solamente un homenaje a las raíces de Superman, también es un retrato perspicaz de lo que somos como sociedad y lo que esperamos, como lectores, de nuestros héroes. Huck es el sujeto que va a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Algunos podrían considerar que ese es un comportamiento extraño, ¿por qué ayudar a otras personas cuando podría convertirse en el hombre más rico de la Tierra? ¿Por qué es tan modesto cuando podría ser mundialmente famoso? ¿Por qué preocuparse por intervenir cuando podría abstenerse de los conflictos de su nación? Tal vez porque él cree que puede hacer la diferencia, y porque todo lo que hace es por una buena razón.

Así que en lugar de luchar tontamente contra supervillanos, como hace Superman en su colección mensual, Huck vive una vida tranquila, previene conflictos antes de que desemboquen en algo peor, ayuda a otros en el momento adecuado para no tener que preocuparse por ellos más tarde. Hay algo absolutamente encantador acerca de esta resurrección del superhéroe clásico.
Trapped / atrapados
Por supuesto, también hay un montón de acción en Huck, sobre todo cuando se verá obligado a luchar contra un poderoso androide que ha aprisionado a su madre. Las escenas de acción son adecuadas, pero personalmente creo que traicionan un poco la esencia del protagonista. Tal vez hubiera sido más interesante centrarse más en la vida cotidiana de Huck y, por una vez, olvidar al malvado villano que acecha desde las sombras.

Para ser honesto, me tomó un par de números acostumbrarme al estilo de Rafael Albuquerque pero terminé disfrutando su contribución. Albuquerque es un buen dibujante y un sólido entintador; él saltó a la fama después de sus colaboraciones en American Vampire de Vertigo. No parece estar demasiado interesado en la anatomía realista o en ser detallista, pero eso no le resta valor a su obra. De hecho, es gracias a sus líneas sueltas, su composición dinámica y sus vibrantes páginas que podemos apreciar la verdadera naturaleza de un personaje como Huck. Sus líneas están maravillosamente realzadas por el coloreado de Dave McCaig, que proporciona la atmósfera adecuada en cada escena con el pigmento apropiado.

July 20, 2016

Doom Patrol vol. 2 - Grant Morrison & Richard Case

Is a crazy artist a common stereotype? Sometimes it is. And clearly if we take a look at British writers like Alan Moore or Grant Morrison we will realize how eccentric they are and how their work has benefitted tremendously due to their unique peculiarities. 
Brian Bolland

That becomes more than evident in Grant Morrison’s foreword: “I decided straight away that I would attempt to restore the sense of the bizarre that made the original Doom Patrol so memorable. I wanted to reconnect with the fundamental, radical concept of the book – that here was a team composed of handicapped people […] This was a group of people with serious physical problems and, perhaps, one too many bats in the belfry”.

Morrison successfully reinstated the Doom Patrol as the strangest super-group in the world in “Crawling From the Wreckage”, and the next step was to create the Brotherhood of Dada, adversaries worthy of this unsettling team of deranged heroes. Mr. Nobody, the leader of the brotherhood, would describe himself as “the spirit of the twenty-first century, the abstract man. The virtual man. The notional man”, for him good and evil are “outmoded concepts for an antique age”, therefore his only mission is to celebrate the absurdity of life, to exacerbate chaos and to alter or destroy the meaning of things.

In “Nowhere Man” (originally published in Doom Patrol # 26, September 1989), Morrison shares with us the uncanny and hilarious secret origin of Mr. Nobody. And that’s the preamble for one of the most ambitious, wildly creative and insanely brilliant sagas of the Doom Patrol; in “The Painting That Ate Paris” (Doom Patrol # 27, November 1989), we get to see the glorious first accomplishment of the Brotherhood of Dada. 
Simon Bisley
In addition to Mr. Nobody, we have such unusual characters like The Quiz, who literally has all the superpowers you haven’t thought of, and in order to be defeated, all you have to do is think about those superpowers (of course, thinking about hundreds of extraordinary abilities can be actually quite a challenging task); Sleepwalk has unlimited strength so long as she remains asleep while using her powers; The Fog can absorb people but he doesn’t like to do that because then he can’t get rid of all those voices inside his head and Frenzy, an illiterate, homeless man who can turn into a living cyclone.  
Simon Bisley
Unable to deal with illogical threats, such as a painting with the ability to devour the entire city of Paris, the Justice League have no other choice but to wait for the Doom Patrol to save the day. In “Labyrinths” (Doom Patrol # 28, December 1989) and “The Kingdom of No” (Doom Patrol # 29, January 1990), we witness the arrival of the Fifth Horseman, the harbinger of the apocalypse, a creature that travels from one level of the painting to the next, gaining more and more strength each time. Every level of the painting represents a specific artistic movement: realism, impressionism, futurism, fauvism, surrealism, symbolism, cubism, abstractionism and so on. Therefore the only possibility to neutralize this powerful creature is by trapping it on the Dadaism level, thus forcing the horseman to lose all meaning and to embrace absurdity.
Simon Bisley
When the Doom Patrol fails, the Brotherhood of Dada must rescue the protagonists; in fact, when the painting throws up Paris and the Doom Patrol barely manages to escape from it, the brotherhood stays behind, forever living outside our reality. 
Simon Bisley
The Scottish writer also excels in more intimate and character-oriented issues, as we can see in “Going Underground” (Doom Patrol # 30, March 1990) a delirious journey through the exscinded mind of Crazy Jane and her 64 radically different personalities. The saga of the Cult of the Unwritten Book takes place in “The Word Made Flesh” (Doom Patrol # 31, April 1990), “Decreator” (Doom Patrol # 32, May 1990) and “The Puppet Theater” (Doom Patrol # 33, June 1990). Morrison constantly surprises us with dozens of original and wonderfully outlandish concepts; I would dare say that today any writer would take any of those concepts and turn it into a 6-issue miniseries, and the fact that Morrison can include so many page after page just proves how, back in the 80s, he was truly at the top of his game.
Simon Bisley

Before the arrival of the Decreator (a cosmic entity with enough power to eliminate the entire solar system), there are symptoms of the upcoming doomsday. Many odd enemies show up: the Dry Bachelors (composed of lifeless human skin scales), the Mystery Kites (made of skin and bones of murder victims), the Spectres of Delirium, the Never-Never Boys, the Pale Police (with the ability to trap people inside the maze of their own fingerprints), the Hiroshima Shadows (radioactive and atomic ghosts from Japan), the Little Sisters of Our Lady of the Razors, etc. And even against impossible odds, the Doom Patrol finds the way to force the Decreator to go away; in the process they use the Sagrada Familia cathedral in Barcelona as a mystic tuning fork. “Gaudi designed this cathedral to gather and broadcast spiritual energies”, explains Crazy Jane, that and Cliff Steele’s incursion into the extradimensional town of Nurnheim are enough to guarantee the survival of our world.

“The Soul of a New Machine” (Doom Patrol # 34, July 1990) is one of my favorite chapters. It revolves around the philosophical distinction between mind and body, and the prevalence of the former over the latter. While Cliff Steele’s robotic body is under repair, his brain is carefully placed in a tank full of liquid nutrients. As Robotman, Cliff Steele is a fascinating contradiction, a human mind forever trapped inside a robotic body, how much of his humanity has been lost? And what happens when his robotic body develops its own consciousness. At the same time, the Brain and Monsieur Mallah break into the Doom Patrol’s headquarters. The Brain is also a mind without a body, a tormented soul always hoping to find a way to experience life physically. His ally and close partner is Monsieur Mallah, a super intelligent gorilla. Together they discuss about philosophy, cultural movements, history and art; sure, they’re some of the most recurring Doom Patrol supervillains but in the hands of Morrison they’re also a fascinating couple. And, indeed, the author reveals that even if the Brain has no body, he still has feelings and needs; indeed, the Brain and Monsieur Mallah love each other. However, this is more of a Platonic love since the Brain has no body and therefore no way to express his feelings towards Monsieur Mallah, that’s why his original plan is to take over the robotic body of Cliff Steele. This is definitely one of the weirdest and most surreal romantic tales I’ve ever read, and one of DC Comics first stories that openly dealt with homosexuality.
The Painting That Ate Paris / el cuadro que devoró París
Richard Case’s pages get better witch each issue and, in the words of editor Tom Peyer, “watching him grow from a raw but confident talent to an inspired master craftsman has been one of Doom Patrol’s most satisfying rewards”. I must also praise the magnificent covers by Simon Bisley, an artist capable of introducing insanity in visually striking compositions. “Morrison and artist Richard Case took over that fourth-tier superhero series at the beginning of 1989 and spent the next four years driving it through zones of surreal madness that comics had scarcely visited before (and mostly haven’t revisited)”; this wonderful creative team would keep on pushing the envelope, deconstructing the superhero genre while reminding us why rare is a synonym of valuable, and why weird and prodigy fit so well in the same sentence.
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¿Qué tan común es el estereotipo del artista loco? Claramente, si echamos un vistazo a escritores británicos como Alan Moore o Grant Morrison nos daremos cuenta de lo excéntricos que son y veremos cómo su trabajo se ha beneficiado enormemente debido a sus rarezas y peculiaridades.
Justice League of America & Doom Patrol
Eso es evidente en el prólogo de Grant Morrison: “decidí enseguida que iba a intentar restaurar ese sentido de rareza que hizo que la Patrulla Condenada original fuese tan memorable. Quería volver a conectar con el concepto fundamental, radical del título –que aquí había un equipo compuesto por gente con discapacidades [...] Este era un grupo de personas con graves problemas físicos y, tal vez, más de un tornillo suelto”.
This is not a job for Superman / este no es un trabajo para Superman

Morrison reafirmó a la Doom Patrol como el más extraño súper-grupo del mundo en “Arrastrándose desde los escombros”; el siguiente paso era la creación de la Hermandad de Dadá, dignos adversarios de este equipo de héroes inquietantes y trastornados. Mr. Nobody, el líder de la hermandad, se describe a sí mismo como “el espíritu del siglo XXI, el hombre abstracto. El hombre virtual. El hombre conceptual”, en su opinión, el bien y el mal son “conceptos anticuados de una época antigua”, así que su única misión es celebrar lo absurdo de la vida, agravar el caos y alterar o destruir el significado de las cosas.

En “El hombre de ningún lado” (publicado originalmente en Doom Patrol # 26, septiembre de 1989), Morrison comparte con nosotros el extraño e hilarante origen de Mr. Nobody. Y ese es el preámbulo de una de las sagas más ambiciosas, tremendamente creativas e increíblemente brillantes de Doom Patrol; en “El cuadro que devoró París” (Doom Patrol # 27, noviembre de 1989), podemos ver la gloriosa primera misión de la Hermandad de Dadá.

Además de Mr. Nobody, tenemos personajes inusuales como The Quiz, que literalmente tiene todos los poderes en los que no has pensado, y con el fin de ser derrotado, todo lo que tienes que hacer es pensar en esos súper poderes (por supuesto, pensar en cientos de habilidades extraordinarias puede ser en realidad una tarea bastante difícil); Sonámbula tiene fuerza ilimitada, siempre y cuando permanezca dormida mientras usa sus poderes; Niebla puede absorber personas, pero no le gusta hacerlo porque entonces no puede deshacerse de todas esas voces dentro de su cabeza y Frenesí es un vagabundo analfabeto que puede convertirse en un ciclón viviente.
The Word Made Flesh / la palabra hecha carne

Incapaz de hacer frente a amenazas tan ilógicas como un cuadro con la capacidad de devorar a toda la ciudad de París, la Liga de la Justicia no tienen otra opción que esperar a que la Doom Patrol solucione el problema. En “Laberintos” (Doom Patrol # 28, diciembre de 1989) y “El reino de No” (Doom Patrol # 29, enero de 1990), asistimos a la llegada del Quinto Jinete, el precursor del apocalipsis, una criatura que viaja de un nivel de la pintura a la siguiente, ganando cada vez más fuerza. Cada nivel de la pintura representa un movimiento artístico específico: realismo, impresionismo, futurismo, fovismo, surrealismo, simbolismo, cubismo, abstraccionismo y así sucesivamente. Por lo tanto, la única posibilidad de neutralizar a esta poderosa criatura es atrapándola en el nivel del dadaísmo, forzando así al jinete a perder todo significado y a aceptar lo absurdo.

Cuando la Doom Patrol fracasa, la Hermandad de Dadá debe rescatar a los protagonistas; de hecho, cuando el cuadro vomita París y la Doom Patrol apenas logra escapar con vida, la hermandad se queda en la pintura, viviendo para siempre fuera de la realidad.

El escritor escocés también sobresale en capítulos más íntimos, como podemos ver en “Ir bajo tierra” (Doom Patrol # 30, marzo de 1990), un viaje delirante por la mente escindida de Crazy Jane y sus 64 personalidades radicalmente diferentes. La saga del Culto del Libro No Escrito se desarrolla en “La palabra hecha carne” (Doom Patrol # 31, abril de 1990), “Descreador” (Doom Patrol # 32, mayo de 1990) y “El teatro de títeres” (Doom Patrol # 33, junio de 1990). Morrison nos sorprende constantemente con docenas de conceptos originales y maravillosamente extravagantes; me atrevería a decir que hoy en día cualquier escritor tomaría uno de esos conceptos y lo convertiría en una miniserie de 6 ejemplares, y el hecho de que Morrison pueda incluir tantas ideas página tras página demuestra que, en los 80s, él estaba en su mejor momento como guionista. 
Decreator / Descreador
Antes de la llegada del Descreador (una entidad cósmica con el poder suficiente para borrar todo el sistema solar), hay síntomas del inminente día del juicio final. Aparecen muchos enemigos estrambóticos: los Solteros Secos (compuestos por partículas de piel humana sin vida), las Cometas Misteriosas (hechas de la piel y de los huesos de las víctimas de homicidio), los Espectros del Delirio, los Chicos de Nunca-Nunca Jamás, la Policía Pálida (capaces de atrapar a las personas dentro del laberinto de sus propias huellas digitales), las Sombras de Hiroshima (fantasmas radiactivos y atómicos de Japón), las Hermanitas de la Virgen de la Maquinilla de Afeitar, etc. Contra viento y marea, la Doom Patrol encuentra la manera de alejar al Descreador; en el proceso utilizan la Sagrada Familia de Barcelona como un afinador místico. “Gaudí diseñó esta catedral para recoger y transmitir energías espirituales”, explica Crazy Jane, y con la incursión de Cliff Steele en la ciudad extradimensional de Nurnheim se garantiza la supervivencia de nuestro mundo.
The Brain & Monsieur Mallah

“El alma de una nueva máquina” (Doom Patrol # 34, julio de 1990) es uno de mis capítulos favoritos. Gira en torno a la distinción filosófica entre la mente y el cuerpo, y la primacía de la primera sobre la segunda. Mientras que el cuerpo robótico de Cliff Steele está en reparación, su cerebro es colocado cuidadosamente en un tanque lleno de nutrientes líquidos. Como Robotman, Cliff Steele es una contradicción fascinante, una mente humana para siempre atrapada dentro de un cuerpo robótico, ¿cuánto de su humanidad se ha perdido? ¿Y qué ocurre cuando su cuerpo robótico desarrolla una conciencia propia? Al mismo tiempo, Brain y Monsieur Mallah irrumpen en el cuartel general de la Patrulla Condenada. Brain es también una mente sin cuerpo, un alma atormentada que espera encontrar una manera de experimentar la vida física. Su aliado y compañero cercano es Monsieur Mallah, un gorila súper inteligente. Juntos discuten acerca de filosofía, movimientos culturales, historia y arte; desde luego, ellos supervillanos recurrentes de la Doom Patrol, pero en manos de Morrison también son una pareja fascinante. Y, de hecho, el autor revela que, incluso si Brain no tiene cuerpo, todavía tiene sentimientos y necesidades; de hecho, Brain y Monsieur Mallah se aman. Sin embargo, este es un amor platónico ya que Brain no tiene cuerpo y por lo tanto no tiene manera de expresar sus sentimientos hacia Monsieur Mallah, es por eso que su plan es apoderarse del cuerpo robótico de Cliff Steele. Esta es sin duda uno de los relatos románticos más extraños y surrealistas que he leído, y una de las primeras historias de DC Comics que tratan abiertamente el tema de la homosexualidad. 

Las páginas de Richard Case mejoran número tras número y, en palabras del editor Tom Peyer, “verlo crecer desde un talento en bruto hasta ser un maestro artesano que nos inspira ha sido una de las recompensas más satisfactorias de Doom Patrol”. También debo elogiar las magníficas portadas de Simon Bisley, un artista capaz de introducir la locura en composiciones visualmente sorprendentes. “Morrison y el artista Richard Case se encargaron de una serie de superhéroes de cuarta categoría a principios de 1989, y pasaron los siguientes cuatro años llevándola a través de zonas de locura surrealista que los cómics apenas habían visitado en aquella época (y que no se han revisitado desde entonces)”; este maravilloso equipo creativo seguiría rompiendo esquemas con la deconstrucción del género de superhéroes, haciéndonos recordar por qué lo raro es sinónimo de valioso, y por qué extraño y prodigio encajan tan bien en una misma frase. 

July 16, 2016

June Comics / cómics de junio

Unlike previous months, in June I only got a few comics. Doctor Strange and Cinema Purgatorio were quite good. I bought Rebirth # 1 because it was a giant-sized issue with a very low price (which I always appreciate), and some of my favorite artists were in it; I have to admit it was surprisingly satisfactory. However, the best issue of the month was Alan Moore’s Providence # 9. And now, without further ado, here are June comics as per solicitations:  

CINEMA PURGATORIO #2 
(W) Alan Moore & Various (A) Kevin O'Neil & Various (CA) Ignacio Calero. Welcome once again to the theatre of the macabre! Alan Moore and Kevin O'Neill are your hosts as the finest creators in all of comics join us in an anthology to end all anthologies. Cinema Purgatorio is the ongoing monthly series which brings together the powerhouse creators to tell stories that only Avatar Press could. These tales claw into your brain and nest there as you attempt to recover from the horrors you've witnessed. Illustrated in stark moody black & white, every page of this series is filled with visions from the minds of your favorite creators. Every issue is perfect-bound, with no ads, and all of the works are very long-form, there are no collections planned before 2018. Jump in now and embrace the new future of comics. The one of which Alan Moore has always dreamed. It's here, now. Hiding in the dark corner. Welcome to Cinema Purgatorio.

DC UNIVERSE REBIRTH #1 
It all begins here. Do not skip to the last page. Do not let a friend or message board ruin this comic for you. The future (and past) of the DC Universe starts here. Don't say we didn't warn you! THEY SAID IT: 'Rebirth is about focusing in on the core of the character and their respective universe,' says writer and DC Entertainment Chief Creative Officer Geoff Johns. 'It brings back what has been lost, the legacy of the characters, the love and the hope of the DCU!'.

DOCTOR STRANGE #8
(W) Jason Aaron (A/CA) Chris Bachalo. THE LAST DAYS OF MAGIC STORY CONTINUES! All of Doctor Strange's magic has been destroyed and our world is on the edge of disaster. What on Earth can Stephen do? Rated T+

PROVIDENCE #9 Pantheon Cvr (MR)
(W) Alan Moore (A/CA) Jacen Burrows. The world of H.P. Lovecraft has begun to invade the mind of Robert Black. His quest began as project to write a book but the more he is exposed to these horrors the closer to the edge of insanity he is pushed. The cracks in the world seem to be widening as he nears some inexplicable crescendo of horror. Alan Moore and artist Jacen Burrows have created the most realized version of Moore's Lovecraftian vision ever published. Fans and classical scholars have flocked to the pages of Providence to decipher the many layers of story being told in this masterpiece. Moore has written every cover detail, every single page, and every nuance of this work to create an unforgettable series. Fans of Moore's immersive style and meticulous grasp of storytelling will be thrilled to add this essential piece of comics history to their collections! Available with Regular, Pantheon, Portrait, Dreamscape Wraparound, Women of HPL, and a special Ancient Tome Incentive cover, all by collaborator Jacen Burrows.
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A diferencia de meses anteriores, en junio hubo poquitos cómics. "Doctor Strange" y "Cinema Purgatorio" me gustaron bastante. Compré "Rebirth" porque era un especial extra grande a un precio bajo (algo que siempre valoro), y algunos de mis artistas favoritos estaban allí; debo admitir que fue sorprendentemente satisfactorio. Sin embargo, el mejor cómic del mes fue "Providence" de Alan Moore. Así que sin más preámbulos los dejo con los cómics de junio:
my drawing / mi dibujo

CINEMA PURGATORIO #2
¡Bienvenidos una vez más al teatro de lo macabro! Alan Moore y Kevin O'Neill serán vuestros anfitriones en esta antología. Estos relatos quedarán grabados en vuestros cerebros y allí anidarán a medida que intentéis recuperaros de los horrores que habéis presenciado. Ilustraciones a blanco y negro, todas las páginas son fieles a la intención de sus creadores.

DC UNIVERSE REBIRTH #1
Todo comienza aquí. El futuro (y el pasado) del Universo DC. No digáis que no os lo advertimos. Así lo dijeron: “REBIRTH se centra en el núcleo del personaje y en su respectivo universo”; y “recupera lo que se ha perdido, el legado de los personajes, el amor y la esperanza del Universo DC”.

DOCTOR STRANGE #8
“Los Últimos Días de la Magia” continúan. Toda la magia del Doctor Extraño ha sido destruida y nuestro mundo está al borde del desastre.

PROVIDENCE #9 (MR)
El mundo de H.P. Lovecraft ha comenzado a invadir la mente de Robert Black. Su viaje comenzó como un proyecto para escribir un libro pero al exponerse cada vez más a los horrores, se ha ido acercando al borde de la locura. Las grietas en el mundo parecen estar aumentando, mientras que el inexplicable terror va en crescendo. Disponible en portadas Regular, Panteón, Retrato, Escenario onírico, Mujeres de Lovecraft, y Tomo Antiguo, todas hechas por Jacen Burrows.

July 12, 2016

Captain America: War and Remembrance - Roger Stern & John Byrne

As Captain America, Steve Rogers is the living embodiment of the American Dream. “I’m totally human! But I’m fighting for a cause… a dream! And that makes all the difference”, explains the Sentinel of Liberty. The hero’s strength lies not in his muscles but in his heart, what makes him invincible isn’t his shield but rather his conviction of doing the right thing. 
                  251: John Byrne  []  252: Al Milgrom                
Roger Stern understood what made Captain America so special: Steve Rogers, the man under the mask, was every bit as important as the Avengers leader. Thanks to Stern and Byrne we witnessed Steve Rogers’ private life. As a freelance artist, Steve has to actively look for any possible job in advertising agencies, and try to meet all deadlines even if that means staying up all night. I often wonder how much of the authors’ own lives had found its way into the adventures of Marvel’s most respected superhero. 
253: Byrne & Rubinstein  []  254: Byrne & Rubinstein
Both Roger Stern and John Byrne were also freelance artists, under the unfair but frequent ‘work for hire’ system that still exists today. We get to see Steve Rogers exhausted after patrolling the streets as Captain America, unable to sleep because he has work to do, he has a deadline, and if he fails the agencies will simply ask another freelance to complete the work. As endearing as these scenes can be in fiction, they still ring true especially if we consider how many sleepless nights Stern and Byrne had, and not only during their Captain America run but also after decades of devoting their creative energy to an industry that has ostracized them and sometimes flat out rejected them in recent years.
255: Frank Miller & John Romita Jr.

One of my favorite scenes in “The Mercenary and the Madman” (originally published in Captain America # 251, November 1980), involves Bernie Rosenthal helping Steve Rogers after he has spent around 30 hours without sleeping. In certain moments, we can almost feel as if we’re invading the hero’s privacy, but Stern presents the situations with such subtlety and intelligence that it really is a delight to learn more about the man, after all, we are already quite familiar with his superhero side. 

After leaving his Brooklyn Heights apartment, Captain America discovers that Batroc and Mr. Hyde are working together. They have hijacked a Roxxon ship transporting countless tons of liquid gas, enough to burn half of New York, killing millions of lives in the process; their demands are quite simple: a one billion dollar ransom. After a couple of nights without sleeping, Captain America is already showing signs of fatigue and thus he’s easily defeated by Mr. Hyde.  

In “Cold Fire!” (Captain America # 252, December 1980), the true confrontation is between Batroc and Mr. Hyde, as they each represent a different kind of villain. Batroc, a refined French mercenary and a master in hand to hand combat desires nothing but a luxurious life, while Mr. Hyde wants to destroy New York even after receiving the ransom. These two opposing perspectives are cleverly summarized in Batroc’s statement: “Taking money from a thieving oil cartel like Roxxon is one thing, but mass murder is quite a different matter! Batroc shall have no part of it”.
Captain America & The Avengers
Throughout the issue, even Captain America criticizes the Roxxon CEO for his complete disregard for the safety of the citizens of New York. In fact, when Captain America visits the district attorney he runs into corrupt politicians who take briberies from powerful companies. Stern and Byrne constantly highlight problems that continue to exist even after 3 decades. “Steve Rogers is a patriot and an idealist, but he’s no starry-eyed fool. As he grew up, he saw corruption, bigotry, and hypocrisy first hand”, explains Roger Stern. That’s why, perhaps even more than other heroes, Captain America is the only one who can understands how negative selfishness and greediness can be for any society.
Steve Rogers & Bernie Rosenthal 

And that’s also why Captain America is the only hero capable of inspiring people, even mercenaries like Batroc. As a matter of fact, Batroc risks his life saving Captain America and fighting against Mr. Hyde, an adversary so powerful that the French man could not vanquish without help. After an impressive battle (spectacularly illustrated by Byrne), Mr. Hyde is defeated, and Batroc tries to run away with all the money. When he’s captured a strange complicity seems to take place between the hero and the mercenary, Batroc is famous for his code of honor, so he accepts his defeat calmly and elegantly. But Captain America confesses that if not for the money, he would have felt tempted to let the mercenary run away. After all, albeit briefly, they worked together as allies. By the way, the cover of this issue was penciled by Al Milgrom and inked by Joe Rubinstein.

“Should Old Acquaintance Be Forgot” (Captain America # 253, January 1981) and “Blood on the Moors” (Captain America # 254, February 1981) are a heartfelt homage to WWII and even fantasy/horror literature (especially Bram Stoker’s Dracula). Captain America travels to England, to answer the call of Lord Falsworth, formerly known as Union Jack, a British hero that was a member of the Invaders in the 40s. Captain America is delighted to see Jacqueline Falsworth Crichton (AKA Spitfire) after so many years, but for her, the presence of the Sentinel of Liberty is quite painful, as it reminds her of how old she is now. Captain America hasn’t aged a day because he was in suspended animation for decades, but the people he met during the war are now old, tired and powerless. The villain is the evil vampire known as Baron Blood, and in order to win this battle Captain America is helped by Kenneth Crichton (Lord Falsworth’s grandson) and his best friend Joey Chapman, a working-class youngster. In the end, Joey Chapman will become the new Union Jack, thus breaking the tradition of having only noble men as the heroes of the United Kingdom.

Finally, “The Living Legend” (Captain America # 255, March 1981) is a very entertaining retelling of Captain America’s origin. Stern and Byrne did everything they could to fix a few inconsistencies and continuity errors that had piled up over the years. The result is a wonderful standalone adventure, and one that also marks the end of the Stern-Byrne era (and with a great Frank Miller cover). Stern had already plotted the next 3 issues, and Byrne had already penciled 6 pages of what would be their tenth issue, but sadly it all came to a sudden stop (luckily those 6 pages are included in the Marvel Universe Omnibus by John Byrne). 
Batroc & Mr. Hyde
Many fans have come up with interesting hypothesis trying to explain the abrupt departure of Stern and Byrne. John Byrne affirms that editor in chief Jim Shooter put some pressure on Jim Salicrup, the editor of Captain America, and as a result both Stern and Byrne quit. However, in a more recent declaration, Stern pointed out that at the time there were no royalty payments for creators, and their only additional compensation was a “continuity bonus” which was made effective after the creative team had completed 6 consecutive issues. It’s possible that due to the strict deadlines (the same ones that made Steve Rogers stay up all night!), the editors suggested a fill-in issue, which meant that Byrne and Stern wouldn’t receive their next “continuity bonus”. Unsatisfied with how they were being treated, Stern and Byrne resigned, leaving the readers forever hungry for the next issues which, I’m sure, would have been absolutely fantastic. 
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Al asumir la identidad de Captain America, Steve Rogers es la encarnación viviente del sueño americano. “¡Soy totalmente humano! Pero estoy luchando por una causa... ¡un sueño! Y eso hace toda la diferencia”, explica el Centinela de la Libertad. La fuerza del héroe no reside en sus músculos, sino en su corazón; lo que lo hace invencible no es su escudo, sino la convicción de actuar con justicia.
Batroc and Cap fight together / Batroc y el Capi pelean juntos

Roger Stern entendía muy bien por qué Captain America era tan especial: Steve Rogers, el hombre bajo la máscara, era igual de importante que el líder de los Vengadores. Gracias a Stern y Byrne, somos testigos de la vida privada de Steve Rogers. Como artista freelance, Steve tiene que esforzarse en la búsqueda de algún posible trabajo temporal en agencias de publicidad, y tratar de cumplir con los plazos de entrega, incluso si eso significa permanecer despierto toda la noche. A menudo me pregunto cuánto de la vida de los autores se refleja en las aventuras del superhéroe más respetado de Marvel.

Roger Stern y John Byrne también eran artistas freelance, bajo el injusto pero frecuente sistema de “trabajo por encargo” que todavía existe hoy día. Aquí vemos a un Steve Rogers agotado, después de patrullar las calles como Captain America, incapaz de dormir porque tiene trabajo pendiente, fechas límites, y si no termina a tiempo la agencia simplemente le pedirán a otro freelance que termine el trabajo. Aunque estas escenas puede ser entrañables en la ficción, tienen un origen bastante verídico sobre todo si tenemos en cuenta que Stern y Byrne pasaron muchas noches sin dormir, no sólo durante su etapa en Captain America, sino a lo largo de las varias décadas en las que le dedicaron toda su energía creativa a una industria que, en años recientes, los ha condenado al ostracismo y al rechazo.
The Invaders
En una de mis escenas favoritas de “El mercenario y el loco” (publicado originalmente en el Captain America # 251, noviembre de 1980), Bernie Rosenthal ayuda a Steve Rogers después de que él ha estado alrededor de 30 horas sin dormir. En ciertos momentos, casi podemos sentir que estamos invadiendo la privacidad del héroe, pero Stern presenta las situaciones con tal sutileza y astucia que realmente es una delicia averiguar más sobre el humano, después de todo, ya estamos bastante familiarizados con su lado superhumano.
Baron Blood
Después de salir de su apartamento en Brooklyn Heights, Capitán América descubre que Batroc y Mr. Hyde están trabajando juntos. Ellos han secuestrado un barco de Roxxon que transporte incontables toneladas de gas líquido, suficiente como para quemar la mitad de New York, causando millones de muertes en el proceso; sus demandas son muy simples: un rescate de un billón de dólares. Después de un par de noches sin dormir, Captain America muestra signos de fatiga y por lo tanto es fácilmente derrotado por Mr. Hyde.
Joey Chapman 

“¡Fuego frío!” (Captain America # 252, diciembre de 1980), da paso a la verdadera confrontación entre Batroc y Mr. Hyde; cada uno de ellos representa un tipo diferente de villano. Batroc, un mercenario francés refinado y un maestro en el combate mano a mano, no desea otra cosa sino una vida de lujos, mientras que Mr. Hyde quiere destruir New York, incluso después de recibir el dinero del rescate. Estos dos puntos de vista opuestos son adecuadamente resumidos en la declaración de Batroc: “Quitarle dinero a una multinacional petrolera como Roxxon, que nos roba a todos, es una cosa; ¡pero el asesinato en masa es un asunto muy diferente! Batroc no participará en algo semejante”.

A lo largo del capítulo, incluso el Captain America critica el gerente general de Roxxon por su total falta de interés en la seguridad de los ciudadanos de New York. De hecho, cuando Captain America visita al fiscal del distrito se encuentra con políticos corruptos que aceptan sobornos de empresas poderosas. Stern y Byrne resaltan constantemente problemas que continúan existiendo incluso ahora después de 3 décadas. “Steve Rogers es un patriota y un idealista, pero no es tonto ni un iluso. Cuando creció, vio la corrupción, la intolerancia y la hipocresía de primera mano”, explica Roger Stern. Por eso, tal vez incluso más que otros héroes, el Capitán América es el único que entiende de qué manera el egoísmo y la avaricia pueden ser negativos para cualquier sociedad.
Union Jack
Y también por dicho motivo, el Capitán América es el único héroe capaz de inspirar a la gente, incluso a los mercenarios como Batroc. De hecho, Batroc se arriesga para salvar a Captain America y lucha contra Mr. Hyde, un adversario tan poderoso que el francés apenas logra hacer tambalear. Después de una batalla impresionante (espectacularmente ilustrado por Byrne), Mr. Hyde es derrotado, y Batroc trata de huir con todo el dinero. Cuando es capturado una extraña complicidad parece tener lugar entre el héroe y el mercenario, Batroc es famoso por su código de honor, así que acepta su derrota con calma y con elegancia. Pero el Capitán América confiesa que si no fuera por el dinero, se habría sentido tentado a dejar que el mercenario huyese. Después de todo, aunque sea brevemente, habían sido aliados. Por cierto, la portada de esta edición fue hecha a lápiz por Al Milgrom y entintada por Joe Rubinstein.
Steve Rogers & Bucky Barnes

“Si acaso las viejas amistades fuesen olvidadas” (Captain America # 253, enero de 1981) y “Sangre en los pantanos" (Captain America # 254, febrero de 1981) son un honesto homenaje a la Segunda Guerra Mundial y a la literatura de fantasía / terror (especialmente “Drácula” de Bram Stoker). Capitán América viaja a Inglaterra, para responder a la llamada de Lord Falsworth, anteriormente conocido como Union Jack, un héroe británico que fue miembro de los Invasores en los 40s. A Captain America le complace ver a Jacqueline Falsworth Crichton (alias Spitfire) después de tantos años, pero para ella, la presencia del Centinela de la Libertad es bastante dolorosa, ya que le recuerda su edad actual. Captain America no ha envejecido ni un sólo día porque estuvo en animación suspendida durante décadas, pero las personas que conoció durante la guerra ahora son ancianos, cansados y sin poderes. El villano es el malvado vampiro conocido como Baron Blood (Barón Sangre), para ganar esta batalla Captain America le pide ayuda a Kenneth Crichton (nieto de Lord Falsworth) y a su mejor amigo Joey Chapman, un joven de clase obrera. Al final, Joey Chapman se convertirá en el nuevo Union Jack, rompiendo así la tradición de aceptar solamente nobles como los héroes del Reino Unido.

Por último, “La leyenda viviente” (Captain America # 255, marzo de 1981) recuenta el origen del Capitán América. Stern y Byrne hicieron todo lo posible para arreglar algunas incoherencias y errores de continuidad que se habían acumulado durante los años. El resultado es una maravillosa aventura auto-conclusiva, que también marca el fin de la era Stern-Byrne (la grandiosa portada es de Frank Miller). Stern ya había escrito los siguientes 3 números, y Byrne ya había dibujado a lápiz las 6 primeras páginas de lo que sería su décimo número, pero lamentablemente todo se detuvo de manera abrupta (por suerte esas 6 páginas se incluyen en el Marvel Universe Omnibus de John Byrne).

Muchos fans han intentado explicar la repentina salida de Stern y Byrne. John Byrne afirma que Jim Shooter, el editor en jefe, presionó a Jim Salicrup, el editor de Captain America, y como resultado, tanto Stern y Byrne renunciaron. Sin embargo, en una declaración más reciente, Stern señaló que en esa época no había pago de regalías a los creadores, y la única compensación adicional que ellos recibían era un “bono de continuidad” que se hacía efectivo después de que el equipo creativo completara 6 números consecutivos. Es posible que debido a los estrictos plazos de entrega (¡los mismos que obligaban a Steve Rogers a permanecer despierto toda la noche!), los editores propusieran un número de relleno (con otros autores), lo que significaba que Byrne y Stern no recibirían su próximo “bono de continuidad”. Insatisfechos con la forma en que estaban siendo tratados, Stern y Byrne renunciaron; a los lectores no los quedó otra alternativa que soñar con esos próximos números que, estoy seguro, hubiesen sido absolutamente fantásticos.