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September 30, 2016

The Facts in the Case of the Departure of Miss Finch - Neil Gaiman & Michael Zulli

Information is a privilege and in many cases a most useful resource. Imagination, on the other hand, may be deemed as impractical or simply unnecessary. If you’re a writer, having information is certainly helpful, but nothing can replace imagination. “The Facts in the Case of the Departure of Miss Finch” (originally published by Dark Horse Comics as a hardcover edition in 2008) is a delightful standalone graphic novel that reuinites these two seemingly irreconciliable positions. 

In the opening sequence we get to meet a smart, successful and famous British writer (perhaps Neil Gaiman’s alter ego) who decides to go out with two writers, close friends of his, and the enigmatic Miss Finch, a woman who seems to be an expert in a number of scientific fields. She possesses more knowledge than anyone else, and she has no problems in sharing all this information with the protagonist and the rest of the group.

Due to a series of strange coincidences, they end up in a circus. But it’s not the typical circus. First of all, it’s located underneath the streets of London, in one of the oldest parts of the city. The men and women performing in the circle are very strange creatures, some of them barely resemble normal human beings. Of course, the protagonist and their friends, confidente in the information at hand, quickly theorize about the elaboration of luminic effects, complex makeup processes and many other tricks that might explain what they’re looking at. 

“We’re always processing more information than we imagine”, affirms the protagonist. And I’d like to add that we’re constantly working with our imagination, often in mysterious and unfathomable ways; and when it’s impossible to understand the world around us then we simply imagine a different world to make sense of it all. Slowly but surely, the protagonist begins to understand that there is something eerily real behind the acts he’s witnessing.

The public goes from one room to the next, and as they move forward, the show gets weirder and weirder. There are 10 rooms, just like there are 10 circles of hell in Dante Alighieri’s Divine Comedy. And in the same way that each one of the circles of hell represents an specific stage of condemnation or a special sin, each one of the rooms in the circus represents a different state of mind, a different mood, and a physical manifestation of those things that can only exist in fantasy books or old horror movies. 

In addition to vampires, zombies, Frankenstein monsters and other citizens of the underworld, we even get to see Alice Cooper warning the public about what they might run into. Neil Gaiman and Michael Zulli had already given us a very personal reinterpretation of singer Alice Cooper in “The Last Temptation”, and this time they rebuild some of the tension and histrionism from that graphic novel.

My favorite moment involves Miss Finch and the Cabinet of Wishes Fulfill'd. For the first time in her life, she’s offered the opportunity to make her innermost wish come true. “Beware what you wish for”, goes an old Chinese proverb. And indeed Miss Finch should’ve been careful… she has one wish: to go back in time and see in person the smilodons, the sabretooth tigers, she has studied and read about for years. And then something unbelievable happens: her dream comes true. 

There is a fascinating moment in which the protagonist steps into a prehistoric forest, and he feels that he’s being watched by animals. A few seconds later, he clearly sees Miss Finch, now a beautfil cavewoman, flanked by two sabretooth tigers. The temperature, the smell of the animals, the sounds, everything is so real that he realizes this is no trick. This is actually happening, and unless he takes the necessary precautions he may very well end up devoured by these beautiful but deadly beasts.

“The Facts in the Case of the Departure of Miss Finch” is magnificently illustrated by Michael Zulli. This time, however, the artist chooses looser lines instead of his usually meticulous and precise lines, there is an undeniable beauty in his expressionistic brushwork, and even if it’s quite different from his previous works (which were much closer to Durero’s etchings than the typical and average comic book drawing), it still succeeds in conveying just the right amout of visual information, while preserving a magical atmosphere that seems to permeate every single page. In books like The Fracture of the Universal Boy, I was left in awe after admiring Zulli’s highly detailed work, and in this Dark Horse graphic novel, I’m simply surprised by his versatility as a creator.  
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La información es un privilegio y en muchos casos un recurso muy útil. La imaginación, por otro lado, puede ser considerada como poco práctica o simplemente innecesaria. Para un escritor, tener información es ciertamente útil, pero nada puede sustituir a la imaginación. “Los hechos en el caso de la partida de la señorita Finch” (publicada originalmente por Dark Horse Comics como una edición de tapa dura el 2008) es una deliciosa novela gráfica independiente que reúne estas dos posiciones aparentemente irreconciliables.

En la secuencia inicial conocemos a un escritor británico inteligente, exitoso y famoso (tal vez el alter ego de Neil Gaiman) que decide salir con dos escritores, amigos cercanos, y la enigmática señorita Finch, una mujer que parece ser una experta en diversos campos científicos. Ella posee más conocimientos que cualquier otra persona, y no tiene problemas en compartir toda esta información con el protagonista y el resto del grupo.

Debido a una serie de extrañas coincidencias, ellos terminan en un circo. Pero no es el circo típico. En primer lugar, se encuentra debajo de las calles de Londres, en una de las zonas más antiguas de la ciudad. Los hombres y mujeres del circo son criaturas muy extrañas, algunos de ellos apenas parecen seres humanos normales. Por supuesto, el protagonista y sus amigos, confiados en la información, teorizan rápidamente acerca de la elaboración de efectos lumínicos, complejos procesos de maquillaje y muchos otros trucos que podrían explicar lo que están viendo. 

“Siempre estamos procesando más información de lo que imaginamos”, afirma el protagonista. Y me gustaría añadir que estamos trabajando constantemente con nuestra imaginación, a menudo en formas misteriosas e insondables; y cuando es imposible entender el mundo que nos rodea entonces simplemente imaginar un mundo diferente ayuda a dar sentido a las cosas. Poco a poco, el protagonista comienza a entender que hay algo extrañamente real detrás de los actos que está presenciando.

El público pasa de una habitación a otra, y mientras se mueven hacia adelante, el espectáculo se vuelve más raro y más raro. Hay 10 habitaciones, al igual que los 10 círculos del infierno en la Divina Comedia de Dante Alighieri. Y de la misma manera que cada uno de los círculos del infierno representa una etapa específica de la condena o un pecado especial, cada una de las habitaciones en el circo representa un estado diferente de la mente, un estado de ánimo diferente, y una manifestación física de esas cosas que sólo pueden existir en los libros de fantasía o en las películas de terror antiguas.

Además de los vampiros, zombis, monstruos de Frankenstein y otras creaturas del mundo subterráneo, también vemos por ahí a Alice Cooper dándoles advertencias al público. Neil Gaiman y Michael Zulli ya nos habían dado una reinterpretación muy personal del cantante Alice Cooper en “La última tentación”, y esta vez reconstruyen de modo similar la tensión y el histrionismo de esa novela gráfica.

Mi momento preferido involucra a la señorita Finch y el Gabinete de los deseos cumplidos. Por primera vez en su vida, a ella le ofrecen la oportunidad de hacer realidad sus deseos más íntimos. “Ten cuidado con lo que deseas”, dice un viejo proverbio chino. Y de hecho la señorita Finch debería haber sido cuidadosa... ella tiene un deseo: volver atrás en el tiempo y ver en persona a los esmilodontes, los tigres dientes de sable, que ha estudiado e investigado por años. Y entonces ocurre algo increíble: su sueño se hace realidad.

Hay un momento fascinante en el que el protagonista se mete en un bosque prehistórico, y siente que está siendo observado por los animales. Unos segundos más tarde, él ve claramente a la señorita Finch, ahora una hermosa cavernícola, flanqueada por dos tigres dientes de sable. La temperatura, el olor de los animales, los sonidos, todo es tan real que él se da cuenta de que esto no es un truco. Esto realmente está sucediendo, y a menos que tome las precauciones necesarias podría ser devorado por las preciosas pero mortales bestias.

“Los hechos en el caso de la partida de la señorita Finch” está magníficamente ilustrado por Michael Zulli. Esta vez, sin embargo, el artista elige líneas más flexibles en lugar de su enfoque por lo general meticuloso y preciosista, hay una innegable belleza en su pincelada expresionista, e incluso si es muy diferente de sus trabajos anteriores (que eran mucho más cercanos a los grabados de Durero que al típico dibujo de un cómic y promedio), igual logra transmitir una gran cantidad de información visual, preservando al mismo tiempo un ambiente mágico que parece impregnar cada página. En libros como “The Fracture of the Universal Boy”, me quedé asombrado después de admirar el trabajo tan detallado de Zulli, y en esta novela gráfica de Dark Horse, simplemente estoy sorprendido por su versatilidad como creador.

December 7, 2015

The Puma Blues - Stephen Murphy & Michael Zulli

Life isn’t easy. I think we all know that. And especially for creators, life can be quite difficult. There are no rules written in stone when it comes to creativity, no lifesavers and certainly no guarantees. You create whatever it is that you create –art, novels, comics, songs, films– and you hope, with all your heart, that someone out there will pay attention to it.

So, if you were interested in having a career in the comics industry, in the 80s, you probably had two alternatives ahead of you: either doing superhero comics for DC or doing the same for Marvel. But you should never underestimate creative individuals because they’ll always find new possibilities, new outlets for their creations… just like Dave Sim did, when he decided to self-publish his magnum opus “Cerebus”. In 1985, Dave Sim met Stephen Murphy and Michael Zulli. Despite their inexperience, Sim immediately recognized their talent. And looking at the first pages of The Puma Blues, I don’t think any reasonable editor would have rejected Zulli’s art. In his foreword, Dave Sim explains why he was so interested in Michael Zulli: “Michael’s style was heavily influenced by Barry Windsor-Smith, but it was a really unique, pen-dominant take on BWS. And it was ‘current BWS’. Like me, Michael obviously thought BWS got better and better the further along he went”. 

Zulli was also the main reason behind my decision for purchasing Dover’s omnibus edition, a deluxe hardcover with almost 600 pages of the most spectacular and beautiful art I’ve seen in a long time. I respect Zulli as an artist, I always have. Having read about his life and his decisions, I know he is one of the very few artists that will sacrifice the certainty of a monthly paycheck in order to preserve the integrity of his vision. So it makes perfect sense that he would put so much energy and effort into The Puma Blues, a very experimental project, and a most decidedly noncommercial venture. 
Gavia Immer

Indeed, Dave Sim explains that “The whole exercise from Day One was an experiment in ethical conduct on the uneasy borderline between art and commerce”. In the first chapters of The Puma Blues (originally published in single issues by Aardvark One International / Aardvark-Vanaheim, starting in 1986), Murphy and Zulli boldly defied established rules of narrative, discarding the classic cliffhangers or the usual plot developments. 

In many ways, The Puma Blues is similar to Michael Zulli’s brilliant graphic novel Fracture of the Universal Boy. Both works are an example of artistic commitment; and as experimental as they might be, they open new frontiers, while teaching us the importance of being faithful to our vision. As an independent creator, I should say that The Puma Blues is also an inspiration, it’s tangible evidence that sometimes we can do the things we want to do the most and, above all, that we can survive in this world without succumbing to the pressure of being financially viable, whatever that means. 

In the epilogue, Stephen R. Bissette highlights the connections between autobiography and fiction. Gavia Immer, the protagonist, is a confused young man who is trying to come to terms with the world around him. “Twenty-one years of age and I hadn’t the least insight into what the fuck I wanted to do with my life”, affirms Gavia. A statement many of us could relate to. Personally, I know I was a bit lost when I was 21, and although it was clear to me that comics were my greatest passion, I wasn’t sure if I’d be able to make a living as a writer (even today I’m still unsure about it).
Brooklyn
Deeply contemplative and evocative, this ambitious comic series focuses on ecological concerns, but at the same time it deals with the problems of perception and the rules of reality. We can find some captivating ideas coming out from Gavia’s mouth: “I emerged with the understanding that nature is incapable of lying”. Furthermore, the greenhouse effect and the subsequent extinction of countless animal species is a preoccupation of both the authors and the protagonists. “And together we’re begging to be heard because this is our world. And this is our only time upon it”. Certainly, in The Puma Blues we can find a combination of philosophical and existentialist approaches, complemented by politics, religion and even references to psychoanalysis and Jung’s collective unconscious. 
Human science versus nature / ciencia humana versus naturaleza
“We had intervened deeply into the process of nature without attaining the full knowledge of all of nature’s dimensions: its nuanced syntheses, fragile interdependencies and living narratives”, expresses Gavia. The complexity of nature is magnificently portrayed by Zulli throughout the series and there are also two silent chapters exclusively centered on the aforementioned “living narratives”. For over 40 pages, no word is uttered, and yet the pages are intense and breathtakingly gorgeous (there is an entire chapter focusing on the puma, his hunting habits and the fauna around him, only the sounds of nature can be heard in this atypical tale). Zulli has the ability to perfectly recreate any human or animal, thus proving that even a wordless script can be eloquent if the art makes it work. Zulli never takes the easy way out. Every artistic choice he makes is a conscious decision that implies additional work and effort. For instance, instead of reusing drawings in certain scenes (a practice all too common for pencilers of the digital era) he reinterprets and re-elaborates the same image. 
the beauty of nature / la belleza de lo natural

According to Bissette’s afterword “Puma Blues was an idiosyncratic, singular work. Michael’s rich, illustrative art and strong sense of visual narrative composition and momentum complemented Steve’s grave, often enigmatic, scripts perfectly”. It’s amazing to observe how quickly Zulli evolved as an artist, although his style is consistent since the beginning, we can identify the moments in which his lush brushwork becomes even more refined and stunning. “1986-88 was a different era. We were, many of us, very different people, some of us at the peak of our game in terms of creating comics […] We were all younger men then, and full of ideals, and hungry in ways that only young creative people know that peculiar hunger”. There was a need to break boundaries, an urge to go to places forbidden by mainstream publishers. All this is more than evident in the pages of The Puma Blues. 

“Puma Blues flew so steadily beneath the pop cultural radar, consigned to that strange limbo in which so many visionary works malinger in”, elucidates Bissette. Just like Gaiman said once, being a writer is often like being a castaway, marooned in an island, sending messages in bottles waiting to hear back from some anonymous reader, anyone, who might have found the bottle, opened it and read its content. At least, that’s the way all writers begin. And I can definitely relate to that. 

The Puma Blues series was suspended before Murphy could write a proper ending. Luckily for us, almost 30 years later, Murphy and Zulli at last had the chance to finish their odyssey. In the coda, Gavia Immer grows old and suffers the consequences of contamination. An old activist, now he can barely keep up with the losses of nature. In the final chapter, Murphy relies on the impact of real information. A list of disappeared animal species, ecological catastrophes, environmental facts. This apparent neutrality makes it even more shocking for the reader. The heartbreaking ending reminded me of Imre Kertész novel “Fatelessness”, for its succinctness and verisimilitude.

Finally, this volume also includes “Act of Faith”, a short story written by Alan Moore and illustrated by Stephen R. Bissette. In the words of Bissette, it’s “Alan’s powerful meditations on the natures of sex and love in their most primal forms”. An extraordinary and very dramatic –and quite erotic– story that takes place in only 4 pages. It is my sincere hope that, after so many years, a new generation of readers will be interested in picking up The Puma Blues. It’s the kind of honest, mature and intelligent work that only the best storytellers could accomplish, in this or any other artistic medium.
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La vida no es fácil. Eso es algo que todos sabemos. Y especialmente para los creadores, la vida puede ser bastante difícil. No hay reglas talladas en piedra que aborden la creatividad, no hay salvavidas y, ciertamente, no hay garantías. Crearás lo que sea que vayas a crear -arte, novelas, cómics, canciones, películas- y esperarás, con todo tu corazón, que alguien por ahí te preste atención.
Running away from death / escapando de la muerte

Entonces, si hubiesen estado interesados en una carrera en la industria del cómic, en los 80s, es probable que tuvieran dos alternativas: hacer cómics de superhéroes en DC o hacer lo mismo en Marvel. Pero nunca deberíamos subestimar a los individuos creativos porque siempre encontrarán nuevas posibilidades, nuevas formas de expresar sus ideas... como hizo Dave Sim, cuando decidió auto-publicar “Cerebus”, su magnum opus. En 1985, Dave Sim se reunió con Stephen Murphy y Michael Zulli. A pesar de la inexperiencia, Sim reconoció inmediatamente el talento de ambos. Y mirando las primeras páginas de “The Puma Blues”, no creo que ningún editor razonable hubiese rechazado el arte de Zulli. En su prólogo, Dave Sim explica por qué estaba tan interesado en Michael Zulli: “El estilo de Michael estaba fuertemente influenciado por Barry Windsor-Smith, pero era un enfoque realmente único sobre BWS, en el que dominaba la pluma. Y era 'BWS actual'. Al igual que yo, Michael obviamente pensaba que BWS mejoraba y seguía mejorando cuanto más avanzaba”.

Zulli fue también la razón principal detrás de mi decisión para adquirir la edición ómnibus de Dover, un lujoso tomo en tapa dura con casi 600 páginas del arte más espectacular y hermoso que he visto en mucho tiempo. Respeto a Zulli como artista, siempre lo he hecho. Después de leer sobre su vida y sus decisiones, sé que él es uno de los pocos artistas que sacrificaría la certeza de un cheque mensual con el fin de preservar la integridad de su visión. Así que tiene sentido que pusiese tanta energía y esfuerzo en “The Puma Blues”, un proyecto muy experimental, y una aventura decididamente no comercial.

De hecho, Dave Sim explica que "Todo el proceso desde el primer día fue un experimento en cuanto a la conducta ética en la frontera inestable entre arte y comercio". En los primeros capítulos de “The Puma Blues” (publicado originalmente por Aardvark One International / Aardvark-Vanaheim, a partir de 1986), Murphy y Zulli desafiaron valientemente las reglas establecidas de la narrativa, descartando los dramas habituales o el desarrollo tradicional de la trama. 
the power of sex / el poder del sexo

En más de un sentido, “The Puma Blues” es similar a otra brillante novela gráfica de Michael Zulli Fracture of the Universal Boy. Ambas obras son un ejemplo de compromiso artístico; y al ser experimentales, nos abren nuevas fronteras, al tiempo que nos enseñan la importancia de ser fieles a nuestra visión. Como creador independiente, debo decir que “The Puma Blues” es también una fuente de inspiración, es la evidencia tangible de que a veces podemos hacer las cosas que más deseamos y, sobre todo, que podemos sobrevivir en este mundo sin sucumbir a la presión de ser financieramente viables.

En el epílogo, Stephen R. Bissette destaca las conexiones entre la autobiografía y la ficción. Gavia Immer, el protagonista, es un joven confundido que está lidiando con el mundo que lo rodea. “Veintiún años de edad y yo no tenía la menor idea de qué coño quería hacer con mi vida”, afirma Gavia. Una declaración con la que muchos de nosotros podríamos identificarnos. Personalmente, sé que yo estaba un poco perdido cuando tenía 21 años, y aunque era claro para mí que los cómics eran mi más grande pasión, no estaba seguro de poder ganarme la vida como escritor (incluso hoy aún no estoy seguro de ello). 

Profundamente contemplativa y evocadora, esta ambiciosa serie se centra en preocupaciones ecológicas, pero al mismo tiempo se ocupa de los problemas de la percepción y las reglas de la realidad. Podemos encontrar algunas ideas cautivantes que salen de la boca de Gavia: “Emergí con el entendimiento de que la naturaleza es incapaz de mentir”. Por otra parte, el efecto invernadero y la posterior extinción de incontables especies de animales es una preocupación tanto para los autores como para los protagonistas. “Y juntos estamos pidiendo ser oídos ya que este es nuestro mundo. Y esta es la única existencia que tenemos”. Ciertamente, en “The Puma Blues” podemos encontrar una combinación de enfoques filosóficos y existenciales, complementados con política, religión e incluso referencias al psicoanálisis y al inconsciente colectivo de Jung.
Homage to Leonardo Da Vinci / homenaje a Leonardo Da Vinci

“Habíamos intervenido profundamente en el proceso de la naturaleza sin alcanzar un pleno conocimiento de todas las dimensiones de lo natural: sus matizadas síntesis, sus frágiles interdependencias y sus narrativas vivientes”, expresa Gavia. La complejidad de la naturaleza está magníficamente retratada por Zulli a lo largo de la serie y también hay dos capítulos silenciosos centrados exclusivamente en esa “narrativa viviente”. Por más de 40 páginas, ninguna palabra es pronunciada, y sin embargo, las páginas son intensas e impresionantemente hermosas (hay todo un capítulo centrado en el puma, sus hábitos de caza y la fauna a su alrededor, sólo los sonidos de la naturaleza pueden ser escuchados en este atípico relato). Zulli tiene la capacidad para recrear perfectamente cualquier ser humano o animal, lo que demuestra que incluso un guión sin palabras puede ser elocuente siempre y cuando el arte sea capaz de lograr el efecto deseado. Zulli nunca toma el camino más fácil. Cada elección artística que hace es una decisión consciente que implica trabajo y esfuerzo adicional. Por ejemplo, en lugar de reutilizar dibujos en ciertas escenas (una práctica muy común para los dibujantes de la era digital), él reinterpreta y re-elabora la misma imagen.

De acuerdo con el epílogo de Bissette “Puma Blues fue una obra singular, idiosincrática. El arte rico e ilustrativo de Michael y su fuerte sentido de la narrativa visual y la composición complementaban perfectamente los guiones graves, a menudo enigmáticos de Steve”. Es increíble observar lo rápido que Zulli evolucionó como artista, aunque su estilo es consistente desde el principio, podemos identificar los momentos en los que sus exuberantes pinceladas se volvieron aún más refinadas y sorprendentes. "1986-88 era una época diferente. Éramos, muchos de nosotros, personas muy diferentes, algunos de nosotros estábamos en la cima en términos de creación y cómics [...] Todos éramos hombres más jóvenes en ese entonces, y llenos de ideales, y hambrientos de una manera en la que sólo los jóvenes creativos podían conocer ese hambre peculiar”. Había una necesidad de romper los límites, un impulso de ir a los lugares prohibidos por las editoriales convencionales. Todo esto es más que evidente en las páginas de “The Puma Blues”.
4 Horsemen of the apocalypse / 4 jinetes del apocalipsis

“Puma Blues voló tranquilamente por debajo del radar cultural pop, quedando consignado a ese extraño limbo en el que tantos visionarios se quedan atascados”, aclara Bissette. Tal como Gaiman dijo alguna vez, ser un escritor es a menudo como ser un náufrago, abandonado en una isla, enviando mensajes en botellas esperando volver a escuchar de algún lector anónimo, cualquiera, que podría haber encontrado la botella, abriéndola y leyendo su contenido. Al menos, de esa manera comienzan todos los escritores. Y definitivamente puedo identificarme con ello.

La serie Puma Blues fue suspendida antes que Murphy pudiese escribir un final apropiado. Afortunadamente para nosotros, casi 30 años después, Murphy y Zulli por fin han tenido la oportunidad de terminar su odisea. En la coda, Gavia Immer envejece y sufre las consecuencias de la contaminación. Un viejo activista, ahora apenas puede mantenerse al día en relación a las pérdidas de la naturaleza. En el capítulo final, Murphy se apoya en el impacto de la información real. Una lista de especies animales desaparecidas, catástrofes ecológicas, datos ambientales. Esta aparente neutralidad es aún más impactante para el lector. El desgarrador final me recordó la novela de Imre Kertész “Sin destino”, por su concisión y verosimilitud.

Por último, este volumen también incluye “Acto de fe”, una historia corta escrita por Alan Moore e ilustrada por Stephen R. Bissette. En palabras de Bissette, estas son las “poderosas meditaciones de Alan sobre la naturaleza del sexo y el amor en sus formas más primitivas”. Una historia extraordinaria y muy dramática -y bastante erótica- que transcurre en sólo 4 páginas. Es mi sincera esperanza que, después de tantos años, una nueva generación de lectores podrá conocer a Puma Blues. Este es el tipo de trabajo honesto, maduro e inteligente que sólo los mejores narradores pueden lograr, en este o en cualquier otro medio artístico.

December 16, 2014

The Last Temptation - Neil Gaiman & Michael Zulli

The fear of growing up is something we can all relate to. The journey to maturity is like a strange and unpredictable odyssey, of which nobody can be sure of its outcome or vicissitudes. Perhaps, then, the easiest way to describe the quintessence of adolescence is as an eternal instant of insecurity, as a feeling of longing and at the same time confusion, as an uncertainty that mildly warms our hearts in the coldest of nights.
Dave McKean

For Steven, the protagonist, growing up may be the scariest thing in the world. Indisputably much scarier than the monsters that lurk in the shadows of Halloween’s eve. And that fear will irrupt in his life, suddenly, inexorably, during an afternoon walk with his friends.

In a small town in which nothing surprising ever happens, Steven and his friends find themselves shocked by the presence of a sinister and decrepit theater. They don’t understand how this is the first time they come across such a place, having lived in this town since they were born. However, something lures them in. Or rather, someone does: the showman. An spectral figure that shares a certain resemblance with Alice Cooper (let’s remember that this graphic novel was based upon a story written by Neil Gaiman and Alice Cooper, and first published by Marvel Comics in 1994).

“Damn my eyes. What a fine-looking assemblage of young men. What a sweet little congregation of the flesh”, utters the showman. And he invites them to step inside the theater. But all the boys are scared. Intuition tells them that there is something wrong with the showman. He seems too keen on them, too fixated on their boyish looks. One by one, the boys make up excuses and decline the showman’s invitation, all of them save for Steven, who tries to prove he is not the wuss his friends take him for.
Boys are easy prey for the showman / los chicos son presa fácil para el teatro

That is Steven’s greatest mistake. To accept the invitation of the showman. Because as soon as he does, the horror begins. He’s, after all, in the theater of the real. The real instead of reality. The moment Steven entered the symbolic order, the immediacy of the pre-symbolic real was lost forever, the true object of desire became unattainable. Now, however, he is inserting himself into the real again. As I said in the beginning, Steven’s longings are also associated with the inherent confusion of his age. He wants deeply but he does not know what he wants. According to Jacques Lacan, every object we encounter in reality is already a substitute for the original that was lost in the real.

“Amongst my friends I agreed that girls were to be abhorred, that femininity was, on the whole, less welcome than nose-picking. But at home… in private… at night… perhaps… I had begun… to feel differently. I had found my temptation”. Enthralled by the decadent show of the theater of the real, Steven experiences sexual arousal for the first time in his young life. He has found in Mercy, an attractive lady, his Lacanian objet petit a, the chimerical object of fantasy, the object that causes his desire. While he goes through the fantasy of the sexy femme fatale, he experiences how this fantasy-object only materializes the void of his desire. That irreducible and constitutive lack is the foundation of desire.


The showman persuades Steven / el hombre del teatro persuade a Steven
In addition to the awakening of his sexuality, Steven is also confronted with the fears and frustrations of the adult world. In a nightmarish scene, the teenager sees his future. Years from now, he will have to answer a simple question: “what are you doing with your life?” And his answer will be disheartening: “nothing”. He has no job, no car, no money, no girl. Whatever talents he had as a young boy have now vanished. At this point in his life, he’s considering prostituting himself, either that or committing suicide. 

Michael Zulli masterfully illustrates this nightmarish sequence. The decrepitude of the building extends to zombies and other rotten creatures. The unique texture of Zulli’s pencils and his delicate brushes help create a fascinating atmosphere. As Gaiman explained in his introduction, this was supposed to be “A campfire tale […] a comic for when the leaves begin to crisp and fall. Light reading for what Ray Bradbury called the October Country”; and indeed, the poetry of fall, the rivalry between light and darkness, the grand designs and compelling compositions are wonderfully painted by Zulli.

After stepping out of this phantasmagorical Grand Guignol theater, Steven tries to run as fast as he can. He goes home and later on to school, always seeking safety. But neither his parents nor his teachers will be able to protect him. Because the showman is still after him. He visits Steven in his dreams, turning them into nightmares. He invades the bodies of those who surround the teenager, and tries to persuade him to go to the theater again, for the grand finale. 
The theater of the real / el teatro de lo real

Although Steven is frightened, he is still a smart boy. And conducts a thorough research about the theater’s victims. He finds out that for more than a century, boys have disappeared in town, always in the eve of Halloween. The showman has been kidnapping kids for years, corrupting their souls and bodies. Steven once again goes to the theater of the real. The showman makes him a solemn promise: if he joins the theater he will never age: “Never grow old, Steven. Never decay. Never end”, the showman highlights that there is nothing good about adulthood, nothing promising about his future.  
Steven's nightmare begins / comienza la pesadilla de Steven

Perhaps the ultimate horror is to become an adult. To forget the dreams we had as young boys only to embrace a dull reality. To sacrifice the possibility of a good life only to survive in the cruel reality. When I was reading the final pages of “The Last Temptation” I couldn’t stop thinking about my own life. What did I fantasize about when I was Steven’s age? What did I desire the most back then? For how long could I keep trying before quitting? I’m sure every reader will come up with their own questions; the answers, however, are not guaranteed.

“My only regret is that I wish I had done better”, confesses Michael Zulli in the afterword. I share his same concern because, as a creator, I can rarely feel satisfied with my work. So it’s quite reassuring to see a legendary artist like Zulli expressing the same worries. For the record, I must say that Zulli’s art throughout this graphic novel is an absolute delight. A pleasure for sore eyes. And how could it be other way coming from the author that gave us “The Fracture of the Universal Boy”? 

“The Last Temptation” is, undoubtedly, the best graphic novel I have read in 2014. Do yourselves a favor: find it and read it. And then, slowly, try to answer some of the questions. I’ll patiently wait here for your answers.
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El miedo a crecer es algo con lo que todos nos podemos identificar. El viaje hacia la madurez es como una extraña e impredecible odisea, y nadie puede estar seguro de su desenlace ni de sus vicisitudes. Tal vez, entonces, la forma más fácil de describir la quintaesencia de la adolescencia es como un instante eterno de inseguridad, como un sentimiento de anhelo y al mismo tiempo de confusión, como una incertidumbre que a duras penas entibia nuestros corazones en las noches más frías. 
Steven's last temptation / la última tentación de Steven

Para Steven, el protagonista, crecer es quizás lo más terrorífico del mundo. Indisputablemente, es mucho más aterrorizador que los monstruos que acechan en las sombras de la víspera de Halloween. Y ese miedo irrumpirá en su vida, repentinamente, inexorablemente, durante una caminata con sus amigos. 

En un pueblito en el que jamás sucede algo sorprendente, Steven y sus amigos quedan impresionados ante la presencia de un siniestro y decrépito teatro. No entienden cómo esta es la primera vez que encuentran un lugar así, sobre todo porque han vivido en este pueblo desde que nacieron. Sin embargo, algo los atrae. O más bien, alguien los llama: el dueño del teatro. Una figura espectral que comparte un cierto parecido con Alice Cooper (recordemos que esta novela gráfica se basó en una historia escrita por Neil Gaiman y Alice Cooper, publicada por primera vez por Marvel Comics en 1994).

“Malditos sean mis ojos. Vaya concurrencia de jovencitos tan atractivos. Qué dulce congregación de la carne”, expresa el dueño del teatro. Y los invita a entrar al teatro. Pero todos los chicos tienen miedo. La intuición les dice que hay algo maligno en este hombre. Él parece estar demasiado entusiasmado con ellos, demasiado obsesionado con el aspecto juvenil de sus rostros. Uno por uno, los muchachos inventan excusas y declinan la invitación del hombre del teatro, todos ellos excepto Steven, quien intenta demostrar que no es el miedoso que sus amigos piensan que es. 

Ese es el mayor error de Steven. Aceptar la invitación del dueño del teatro. Porque apenas lo hace, el terror empieza. Después de todo, él está en el teatro de lo real. Lo real en vez de la realidad. El momento en el que Steven entró al orden simbólico, la inmediatez de lo real pre-simbólico se perdió para siempre, el verdadero objeto de deseo se convirtió en algo inalcanzable. Sin embargo, ahora él se está insertando de nuevo en lo real. Como dije al principio, los anhelos de Steven también están asociados con la confusión inherente de su edad. Él quiere profundamente pero no sabe qué es lo que quiere. De acuerdo con Jacques Lacan, todo objeto que encontramos en la realidad ya es de por sí un substituto del original perdido en lo real.
Steven must face the horror / Steven debe enfrentarse al horror

“Entre mis amigos, había acordado que las chicas debían ser aborrecidas, que la feminidad, en su totalidad, era menos bienvenida que meterse el dedo en la nariz. Pero en casa… en privado… en la noche… tal vez… había empezado… a sentir algo diferente. Había encontrado mi tentación”. Hipnotizado por el decadente show del teatro de lo real, Steven experimenta la excitación sexual por primera vez en su joven vida. Él ha encontrado en Mercy, una atractiva dama, a su objet petit a Lacaniano, el quimérico objeto de fantasía, el objeto que causa el deseo. Mientras entra en la fantasía de la femme fatale sexy, experimenta cómo este objeto-fantasía materializa únicamente el vacío de su deseo. Esa ausencia irreducible y constitutiva que es la base del deseo.

Además del despertar de su sexualidad, Steven también es confrontado con los miedos y frustraciones del mundo adulto. En una escena de pesadilla, el adolescente ve su futuro. Años más adelante, él tendrá que responder una simple pregunta: “¿qué estás haciendo con tu vida?”. Y su respuesta será descorazonadora: “nada”. Él no tendrá trabajo, ni carro, ni dinero, ni chica. Cualesquiera que fuesen los talentos que tenía de niño ahora se han desvanecido. En este momento de su vida, él está considerando prostituirse, es eso o cometer suicidio. 

Michael Zulli ilustra magistralmente esta secuencia de pesadilla. La decrepitud del edificio se extiende a los zombis y otras criaturas putrefactas. La textura única de los lápices de Zulli y sus delicadas pinceladas ayudan a crear una atmósfera fascinante. Como explica Gaiman en su introducción, se suponía que esto era “Un relato de fogatas […] un cómic para cuando las hojas empiezan a crujir y a caer. Una lectura ligera para lo que Ray Bradbury llamaba el país de octubre”; y de hecho, la poesía del otoño, la rivalidad entre la luz y la oscuridad, los grandes diseños y las composiciones atrayentes son pintadas maravillosamente por Zulli.
Another fascinating double page spread by Zulli / otra de las fascinantes páginas dobles de Zulli

Después de salir de este fantasmagórico teatro Grand Guignol, Steven intenta correr tan rápido como puede. Va a casa y luego al colegio, siempre en busca de seguridad. Pero ni sus padres ni sus profesores serán capaces de protegerlo. Porque el dueño del teatro todavía está detrás de él. Él visita a Steven en sus sueños, convirtiéndolos en pesadillas. Invade los cuerpos de aquellos que rodean al adolescente, e intenta persuadirlo para ir al teatro una vez más, para el gran final. 
The final battle for Steven's soul / la batalla final por el alma de Steven

Aunque Steven está asustado, sigue siendo un chico listo. Y realiza una minuciosa investigación sobre las víctimas del teatro. Descubre que por más de un siglo, muchos chicos desaparecieron del pueblo, siempre en la víspera de Halloween. El dueño del teatro ha estado secuestrando chiquillos por años, corrompiendo sus almas y cuerpos. Steven nuevamente va al teatro de lo real. El hombre le hace una solemne promesa: si se une al teatro nunca envejecerá. “Nunca crecerás, Steven. Nunca te deteriorarás. Nunca habrá fin”, el dueño del teatro resalta que la adultez no tiene nada de bueno, no hay nada prometedor en el futuro.  

Tal vez el horror definitivo es volverse adulto. Olvidar los sueños que teníamos de niños para aceptar la realidad gris. Sacrificar la posibilidad de una buena vida sólo para sobrevivir en la cruel realidad. Cuando estaba leyendo las páginas finales de “The Last Temptation” no pude dejar de pensar sobre mi propia vida. ¿Sobre qué fantaseaba yo cuando tenía la edad de Steven? ¿Qué era lo que más deseaba en ese entonces? ¿Llegué a rendirme en algún momento o seguí haciendo el esfuerzo? Estoy seguro que cada lector formulará sus propias preguntas; las respuestas, sin embargo, no están garantizadas. 

“Mi único arrepentimiento es que desearía haberlo hecho mejor”, confiesa Michael Zulli en el epílogo. Comparto su misma preocupación, como creador rara vez me siento satisfecho con mi trabajo. Así que es reconfortante ver a un artista legendario como Zulli expresando las mismas inquietudes. Eso sí, debo decir que el arte de Zulli a lo largo de esta novela gráfica es una absoluta delicia. Un placer para ojos adoloridos. ¿Y cómo podría ser de otro modo viniendo del autor que nos dio “The Fracture of the Universal Boy”? 

“The Last Temptation” es, indudablemente, la mejor novela gráfica que he leído en el 2014. Por favor, búsquenla y léanla. Y luego, lentamente, intenten responder algunas de las preguntas. Esperaré aquí pacientemente por las respuestas.

January 10, 2012

Bunny

We don’t have enough room for pets, but in 2003 my parents agreed to buy my brother a white rabbit, who answered to the awfully original name of ‘Bunny’. And so the years went by and we grew fond of Bunny.
Michael Zulli
Bunny (2003-2012)
Yesterday, she fell down from our roof and had a rather abrupt death. It’s unbelievable but after nine years you can develop a special bond with an animal. We were all at home, my dad, my mom, my brother. And it was like one of our relatives had passed away.


We buried Bunny last night. It was a sad moment for the family. And then, today I was still feeling kind of sad and when I checked my blog’s stats, I realized that my “Fracture of the Universal Boy” post had over 1000 visits in less than 24 hours. I didn’t understand why and then I realized it was because Neil Gaiman, in twitter, had written about my ‘inspiring blog’ and my post about Michael Zulli’s graphic novel. 

Neil is not only an awarded and successful writer, but he’s also one of my all-time favorite comic book authors. To have him say all these nice things about me was like a dream come true. And I remembered how passionate is Neil with his cats. And suddenly it all kind of made sense in a weird sort of way. Thanks Neil, again, not only for being there as a revered name on the cover of books but also as a totally unexpected friend that shows up when the need arises.


If you have something you want to share about your dogs, cats (or rabbits) please feel free to do so. I’ll really appreciate it.   
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Neil Gaimen - twitter
Blog's stats / estadísticas del blog


Por cuestiones de espacio no tenemos perros ni gatos. Pero mi hermano menor quería una mascota, así que el 2003 mi papá le compró una coneja, bautizada luego como ‘Bunny’ (un nombre terriblemente original, sin duda, pero al que nos acostumbramos rápidamente). La coneja se convirtió en la engreída de la casa, los años iban pasando y ella seguía brincando y corriendo por la azotea con mucho entusiasmo.


El día de ayer, no obstante, tocan el timbre y nos avisan que la coneja se ha caído del techo de la casa. Difícil saber si fue un tropiezo del animalito o si es que, con nueve años a cuestas, su agilidad ya no era la misma. Mi hermano la recogió enseguida, la echó sobre un par de almohadas pero ya no había nada que hacer. La coneja estaba inmóvil. Estábamos todos en casa: mi papá, mi mamá, mi hermano y yo, y parecía que hubiera muerto alguien de la familia. Son inexplicables esos lazos que establecemos con nuestras mascotas, y a veces parece mentira que su muerte nos afecte pero así es.


Nunca me hubiera imaginado que podría sentirme triste por la coneja de mi hermano, pero después de nueve años ya no se trataba simplemente de un animal cualquiera. Ella era Bunny, y tal como lo haría un perro, siempre asomaba la cabecita cuando la llamábamos por su nombre, o se paraba en dos patas cuando chasqueábamos los dedos. Así que enterrarla en el jardincito de la puerta de la casa convirtió esas horas en una noche inesperadamente triste para toda la familia.


Hoy, cuando subí a la azotea tuve una sensación un poco extraña. Todo seguía igual de sucio y desordenado (al fin y al cabo, la empleada rara vez limpia allá arriba) pero Bunny ya no estaba ahí. Luego entro a mi blog y veo que mi post sobre “The Fracture of the Universal Boy” ha tenido más de mil visitas en menos de un día, y todas vienen de twitter. 

Indago un poco más y descubro por qué: Neil Gaiman, uno de los escritores británicos más premiados y exitosos (tanto en Inglaterra como en Estados Unidos), y uno de mis autores favoritos, había recomendado que leyeran mi ‘inspirador blog’, concretamente, mi post sobre la novela gráfica de Michael Zulli. Recordé entonces lo apasionado que es Neil con sus gatos, y un texto que debo haber leído en alguna entrevista sobre los sentimientos que tenemos hacia nuestras mascotas y sobre la pérdida. Esto también ha sido algo totalmente inesperado, aunque en este caso me ha hecho sentir bien.  
my drawing / mi dibujo


Si alguno de ustedes quiere compartir algo sobre sus mascotas, sin importar que sean perros, gatos (o conejos), siéntanse con total libertad de hacerlo.

January 6, 2012

Narraciones invisibles / Intermitencias - Centro Colich

WHAT IS THE FRACTURE OF THE UNIVERSAL BOY ABOUT?
 

To say “you’ve never seen anything like this” is cliché. While terribly trite, this is a cliché closer to the truth than most. Between Michael’s astoundingly rich and detailed artwork and incisive, deeply-moving storytelling, you’ll come away from the book knowing that yes, somebody else HAS been there. Somebody else intimately understands that the creative life of the mind is a challenging, heartbreaking and ultimately rewarding and redemptive place.

Eidolon Fine Arts

Well, so far, so good. Okay, that's a bit of an understatement. Frankly I am floored and not just a bit humbled by the response to our lunatic idea of making not only a book, but a beautiful one. One that reflects a sentiment and style by which hopefully all my work in the future will be known. This is my working paradigm. In these times of nearly disposable everything, the only sane response is to fight back for the goals of beauty, wonder and a lasting quality.

Thank you from the bottom of my heart for your continued support and the eventual birth of a fine and lasting thing.
 

Michael Zulli
Blizzard City USA

signed by Zulli / autografiado por Zulli

I'm including the signed print I got from Michael Zulli which now I have to proudly frame.

I'm also posting the cover for Vol. 7, and a couple of preliminary pages from my contribution to vol. 9. Enjoy!

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my name on the 1st paragraph / mi nombre en el 1er párrafo

Ayer jueves asistí a mi primera inauguración del año. El Centro Colich nuevamente me sorprendió con dos interesantes muestras: “Narraciones invisibles” de Galia Pacchioni e “Intermitencias” de Cecilia Carrión. Ambas jóvenes artistas de la PUCP, que tienen un interés común por la fotografía y la exploración visual.
my sketch / mi boceto

Pacchioni reúne una serie de sobrias fotos en blanco y negro, en las que nada sobra y nada falta, sus imágenes se concentran en la elocuencia del objeto inerte, y en el (des)contexto en que se encuentra. Por otro lado, la obra de Carrión nos remite al juego de la pieza única en el mundo del arte, al utilizar una técnica mixta que incluye collage e impresiones digitales.

Apenas llegué a la casona barranquina, me encontré con José Medina, crítico de arte y editor de la revista Art Motiv, y juntos conversamos con Cecilia, que nos explicó cuál era su proceso creativo. Esta es la segunda muestra individual de Cecilia, la primera fue en la Alianza Francesa de Trujillo; sin duda habrá muchos más en el futuro.
my pencils / mis lápices

Entre copa y copa de un buen Bonarda cosecha 2007, me fui encontrando con otros amigos artistas como Julio Garay, Rhony Alhalel, Ilse Rehder y Daniel Paz Parodi (que se ha pasado casi todo el año fuera de Perú) e incluso gente de mi colegio, como Lorena Carpio y Stephanie Sinclair. También conversé con un par de amigos de la universidad y con Lothar Busse, el dueño del Centro Colich. Fue una noche muy entretenida, sin duda. Por cierto, la muestra estará abierta al público hasta el 27 de enero.

Finalmente, los dejo con una imagen autografiada por Michael Zulli, mi nombre en la página de agradecimientos de THE FRACTURE OF THE UNIVERSAL BOY, la portada del volumen 7 y un par de dibujos preliminares que estoy haciendo para el volumen 9 de una antología de cómics.

January 4, 2012

The Fracture of the Universal Boy - Michael Zulli

Everything you possess of skill, wealth and handicraft, wasn’t it first merely a thought and a quest?” Mevlana Rumi. And with this quote, Michael Zulli begins with his most personal and intimate work to date.

I’ve been thinking about that phrase for a while now. I think about myself and how I wanted to be a writer ever since I learned how to read at a very early age. I also think about my passion for comic books and how that passion led me to draw my own stories which, eventually, got published.

So, how did it all begin? As Rumi points out, it was a thought but also a quest. I think every creative person has a similar experience. It doesn’t matter if you are a painter, or a sculptor, or a writer, or a musician, or a filmmaker, everything begins with a thought and a quest. Devoting your life to artistic creation, nonetheless, can be harder than anything else. We should always remember, though, that there are no limits, only the limitations we set upon ourselves, and as an old saying goes, ‘dreams don’t die, we kill them’. Well, at least this time, a creator was true to his dream, and as a result we have the most beautiful graphic novel of 2011: The Fracture of the Universal Boy.

I think Michael Zulli’s words must be read before I continue with my own interpretation of his work: 

Everything begins as a dream. Or, in somewhat less esoteric terms, an “idea”.
 

The computer you may be reading this on, and the desk on which it sits, had its origins in the realm of the intangible, the unreal, a dream. The inner life is your real life, one that begins before you were born, and remains with us, constant and pervasive all the days of our lives. The outer, tangible world we all say is the “real” world is only a manifestation of the one that lives in the space out side our five senses. Without this inner life, nothing would happen.
 

The Fracture of the Universal Boy is my attempt in story form to address these ideas.

Told in a kind of symbolic dream logic I have tried to address the ideas and motivations behind the artistic life. What is the nature of belief? Love? The process of making art? At times it is pure unadulterated nightmare, brutal and almost blasphemous, and at other times sublime and even a bit silly, the book is a true labor of love. I made this without the restraints of the marketplace, deadlines or outside control or systems. Much like a song is written, a painting is brought to canvas, or a pot or a poem brought into being by any other artist of any other discipline. In effect it is my own personal monster, cobbled together from all the various bits of things that fascinate and appall me. It was deliberately made to provoke ideas, outrage, and catharsis, and the sense of peace one has after the inner storms pass, leaving one clear and washed clean.
 
Michael Zulli, On the frozen prairie, defying logic for a living.

I first fell in love with Zulli’s art in the pages of the awarded series The Sandman by Neil Gaiman. Curiously, it was Gaiman who suggested Zulli to pursue this true act of creation, this original graphic novel that has nothing in common with more commercial or mainstream products. 


Zulli spent over six years illustrating these pages, and admiring his highly detailed work you can realize why it took him so long. His pages are a work of art, his artistic spirit is inhabited by the reincarnations of several artists from the Renaissance. Looking at his pages I was reminded of Leonardo Da Vinci’s wonderful sketches au naturel, of Michelangelo Buonarroti’s drawings (such as The Libyan Sybil, with its classic nudity that is perfectly combined with Zulli’s depictions of a naked angel), of Albrecht Dürer’s studies (especially his clothing rendered in gouache on paper, which adds depth to the attire of the celestial old man who vanquishes the protagonist), of Raffaello Sanzio’s studies inked on paper (especially those concerning soldiers and figures in movement), of Botticelli’s peacefulness and delicate composition.

Every page is like an art lesson. Every frame is a manifestation of the beauty of art, of the legacy of geniuses like Da Vinci. Michael Zulli is no ordinary penciler. He’s a true artist, and that’s why he has found his way into the circuit of art galleries, a privilege rarely conceded to comic book authors. Zulli confesses that he would not be the artist he is today if not for the influence of Stephen R. Bissette (a truly amazing artist) and Barry Windsor-Smith, another enormously talented artist who drew the best Conan comics in history (in November and December I reviewed, issue by issue, half of his Conan run).

The Fracture of the Universal Boy is an oneiric journey, you can find symbolic transmutations, references to several cultural traditions, ethereal creatures, impossible monsters, boys and adult men, past and present merging together... This is not a linear story, it’s rather a reinvention of the figure of the artist, in fact, the creator -Zulli- has actually drawn himself as the protagonist. So it would be fair to assume there are some autobiographical elements, but it’s because of Zulli’s fantastic imagination that we soar in the skies, and we land in forests that could never look so stunning in real life.

I found out about Zulli’s project in February 2011. Ten months later, I received a UPS package with this deluxe hardcover edition. In the last 3 pages of the book there is a list of ‘patrons of the arts’ who made it all possible thanks to their collaboration, and that’s why my name appears among famous writers and artists such as Ed Brubaker, Kurt Busiek, Stephen R. Bissette, Frazer Irving and Steven T. Seagle. It has been an honor to be a part of this adventure; and to have my name printed on a Michael Zulli’s graphic novel makes me feel very special. What a delightful creation.

http://artbyarion.blogspot.com/2011/03/rasgos-emotivos-galeria-enlace.html
http://artbyarion.blogspot.com/2011/07/san-diego-comic-con.html
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"Todo lo posees de habilidad, riqueza y técnica, ¿no fue primero un pensamiento y una búsqueda?" Mevlana Rumi. Y con esta cita, Michael Zulli empieza su trabajo más personal e íntimo hasta la fecha.

He estado pensando en esa frase. Pienso en mí mismo y en mi deseo de ser escritor desde que aprendí a leer, cuando era un niño pequeño. Pienso también en mi pasión por los cómics y en cómo esa pasión me llevó a dibujar mis propias historias que, eventualmente, fueron publicadas.

Así que, ¿cómo empezó todo? Tal como señala Rumi, fue un pensamiento pero también una búsqueda. Creo que toda persona creativa tiene una experiencia similar. No importa si eres un pintor, o un escultor, o un escritor, o un músico, o un cineasta, todo empieza con un pensamiento y una búsqueda. Dedicar tu vida a la creación artística, no obstante, puede ser más difícil que cualquier otra cosa. Aunque deberíamos recordar siempre que no existen límites, solamente las limitaciones que nosotros mismos nos imponemos; hay un dicho que afirma que 'los sueños no mueren, nosotros los matamos'. Bueno, al menos esta vez, un creador fue fiel a su sueño, y como resultado tenemos la más hermosa novela gráfica del 2011: "The Fracture of the Universal Boy".


Creo que las palabras de Michael Zulli deben ser leídas antes de continuar interpretando su trabajo:


Todo empieza como un sueño. O, en términos un poco menos esotéricos, una "idea".

La computadora en la que estás leyendo esto, el escritorio en el que estás sentado, tuvo sus orígenes en el reino de lo intangible, lo irreal, el sueño. La vida interna es tu vida real, aquella que empieza antes de que nazcas, y que permanece contigo, constante y presente en todos los días de tu vida. El munto exterior, tangible, lo que llamamos el mundo "real" es sólo una manifestación del espacio en el que vivimos con nuestros cinco sentidos. Sin esta vida interna, nada sucedería.
 

"La Fractura del Chico Universal" es un intento, en forma de historia, de explorar a estas ideas.

Contado con una cierta lógica simbólica, propia del sueño, he intentado explorar las ideas y las motivaciones de la vida artística. ¿Cuál es la naturaleza de las creencias? ¿El amor? ¿El proceso de hacer arte? A veces es como una pesadilla no adulterada, brutal y casi blasfema, y otras veces es algo sublime e incluso un poco tonto, este libro es un verdadero trabajo de amor. Lo hice sin restricciones del mercado, plazos de entrega y sin sistemas de control. Tal como se escribe una canción, o se lleva una pintura al lienzo, o tal como otro artista de cualquier disciplina termina un poema. De hecho, es mi propio monstruo personal, entrelazando los diversos elementos que me fascinan y disgustan. Fue hecho deliberadamente para provocar ideas, rabia y catarsis, y también ese sentido de paz que uno tiene cuando la tormenta interior ha pasado, tras haber dejado todo limpio.
 
Michael Zulli, en la pradera congelada, desafiando la lógica como modo de vida.

Me enamoré del arte de Zulli en las páginas de la premiada serie The Sandman de Neil Gaiman. Curiosamente, fue Gaiman quien le sugirió a Zulli que siga adelante con esta creación, esta novela gráfica original que no tiene nada en común con productos más comerciales y habituales. 

Zulli se pasó seis años ilustrando estas páginas, y al admirar su detallado trabajo es obvio por qué tardó tanto tiempo. Sus páginas son obras de arte, su espíritu artístico está habitado por las reencarnaciones de artistas del renacimiento. Al mirar sus páginas recordé los bocetos al natural de Leonardo Da Vinci, los dibujos de Miguel Ángel (por ejemplo la sibila libia, con su desnudez clásica que combina perfectamente con la imagen del ángel desnudo de Zulli), los estudios de Durero (especialmente los estudios de ropa, algo que añade profundidad al atuendo del anciano celestial que vence al protagonista), los estudios en tinta de Rafael (especialmente los que son de figuras en movimiento), la paz y delicada composición de Botticelli.

Cada página es una lección de arte. Cada viñeta es una manifestación de la belleza del arte, del legado de genios como Da Vinci. Michael Zulli no es un simple dibujante. Es un verdadero artista, y por ello ha logrado entrar al circuito de las galerías de arte, un privilegio raramente concedido a los autores de cómics. Zulli confiesa que no sería el artista que es hoy si no fuera por la influencia de Stephen R. Bissette (un artista realmente asombroso) y Barry Windsor-Smith, otro artista tremendamente talentoso que dibujó los mejores cómics de Conan de la historia (en noviembre y diciembre revisé, número por número, la mitad de su etapa en Conan).

"The Fracture of the Universal Boy" es un viaje onírico, en donde hay transmutaciones simbólicas, referencias a diversas tradiciones culturales, criaturas etéreas, monstruos imposibles, niños y adultos, pasado y presente fusionándose juntos... Esta no es una historia lineal, sino la reinvención de la figura del artista, de hecho, el creador -Zulli- se ha dibujado a sí mismo como el protagonista. Así que no sería descabellado afirmar que hay elementos autobiográficos, pero lo cierto es que la fantástica imaginación de Zulli nos hace volar por los cielos, y aterrizar en bosques de una belleza que no podría ser más cautivadora en la vida real.

Descubrí el proyecto de Zulli en febrero de 2011. Diez meses después, recibí esta edición de lujo en tapa dura. En las últimas 3 páginas hay una lista de 'mecenas del arte' que hicieron esto posible gracias a su colaboración, y es por eso que mi nombre aparece al lado de escritores y artistas famosos como Ed Brubaker, Kurt Busiek, Stephen R. Bissette, Frazer Irving y Steven T. Seagle. Ha sido un honor ser parte de esta aventura; y ver mi nombre impreso en una novela gráfica de Michael Zulli me hace sentir realmente especial. Qué exquisita creación.

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