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December 29, 2011

Los Reyes Rojos - Constantino Carvallo Rey

I have no idea if there will be enough time before Saturday, but I still wanted to wish you all a Happy New Year.
Michele Del Campo

my drawing / mi dibujo

There are plenty of comic book reviews scheduled for the next few days which I’m sure you will enjoy. 

And now, without further ado I’ll leave you with a painting by Michele Del Campo. Michele was kind enough to include the text I wrote about his paintings in his page:

http://micheledelcampo.wordpress.com/press/


I still haven’t unwrapped any of the books I got for Christmas, I’ll have plenty of reading in 2012, that’s for sure. 

I’m also including the invitations for October, November and December art exhibits.

Finally, I’m including a drawing that will appear in the sci fi issue of a comic book anthology, scheduled for January 2012. That’s just around the corner, fellas! The one with the astronaut statue (check previous posts) is part of this image, which is larger than usual. 
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La última vez que pasé año nuevo en Lima fue el 2004, en la residencia del embajador Santiago Marcovich (actualmente embajador del Perú en Marruecos), una casona barranquina preciosa, a pocos metros del Puente de los Suspiros (desde que Santiago se fue de Perú alquila la casa y, hoy en día, su casa es Santos, conocido bar que forma parte de la vida nocturna del distrito bohemio por excelencia).

Parece que siete años después vuelvo a quedarme en Lima, y no sería del todo descabellado quedarme en mi propio distrito. En fin, en caso que después no tenga tiempo, quería desearle un feliz año nuevo a todos los que leen el blog. Cuando empecé con esto el 2010, creo que tenía 2 o 3 visitas por día, y ahora es raro que bajen de 200. Además, los comentarios frecuentes me han incentivado a escribir posts más a menudo. Así que, nuevamente, gracias a todos.

Como ya se acerca el verano he decidido empezar con un cuadro de Michele Del Campo que me parece magnífico. Michele ha tenido además la gentileza de cartearse conmigo e, incluso, ha incluido el texto que escribí sobre su muestra al lado de otros textos de mucha mayor difusión, como el artículo de El Comercio: 

http://micheledelcampo.wordpress.com/press/

El último trimestre del año nos trajo muy interesantes muestras de arte, que ya he comentado oportunamente, pero quería mostrarles las invitaciones así como uno de mis dibujos (forma parte de la imagen de la estatua del astronauta que incluí en posts anteriores) que aparecerá en el volumen de ciencia ficción de The Gathering (enero 2012). 

Esta navidad los libros fueron los protagonistas, todavía están todos sellados pero inmediatamente empezaré a leer los dos tomos de Constantino Carvallo Rey, fundador de mi colegio, Los Reyes Rojos. Constantino falleció en agosto de 2008. En ese momento, escribí algo que, al igual que el artículo para Michele Del Campo, bien pudo haber salido publicado hace tres años, acompañando a esa vorágine de notas de prensa y artículos que poblaron las páginas de El Comercio, La República, Perú21, Somos, etc. Ahí va.

Fue el lunes 18 de agosto. Y debió empezar con susurros, con murmullos. Debió empezar, acaso, en una sala de esperas. No lo sé. Lo que único que sé es que era demasiado difícil usar esa palabra. Uno encuentra otras maneras de decirlo, intentando suavizar la contundente verdad, pero hasta el verbo fallecer, dicho en voz baja, se convierte en un estruendo arrollador que ensordece y obliga a aceptar la noticia de la muerte.

Ese mismo lunes empezaban las clases en la Católica. Era la primera clase del ciclo. Fueron tres llamadas, tuve que salir y entrar al salón tres veces. La noticia era demasiado terrible. Me costaba asimilarla. Recuerdo haberme sentado con la sensación de estar en cualquier otro lugar menos en esa aula, donde el segundo profesor más aburrido de la facultad hablaba de los temas claves de crítica textual y de la bibliografía sugerida y de etcétera y de etcétera. Imposible concentrarse. Imposible dejar de pensar en Constantino. No en el Constantino entrevistado en televisión o en los periódicos más importantes del país, sino el Constantino que había estado en nuestro salón, dándonos las mejores clases de filosofía, cancelando la hora de geometría para ir a ver películas excelentes a la biblioteca, o inaugurando, así de la nada, un nuevo curso de fotografía, conversando con nosotros en las clásicas asambleas. Ese es el Constantino que recuerdo. Ese es el Constantino que admiraba, el que actuaba como imagino ningún otro director de colegio se atrevería: siguiendo su intuición, creando y viviendo su propia filosofía.

La palabra confirma el hecho, obliga a aceptar la dolorosa verdad; qué complicado incluso susurrar lo que hoy puedo escribir. En ese momento me sentía desubicado, tal vez hasta desamparado. ¿Debía ser absurdamente responsable y quedarme hasta el final de la clase o largarme de inmediato?

Solamente podía pensar en que había visto a Constantino apenas un par de semanas atrás. Vivir a doce cuadras del colegio implica pasar, de vez en cuando, por esa puerta. Había pasado por allí hace poco, había visto a Constantino por última vez, ya él tenía que irse y yo estaba ocupado con alguna de esas insignificantes tareas cotidianas que siempre nos quitan tiempo. Para mí, como para muchos otros compañeros, Constantino Carvallo Rey siempre estaría ahí, tal como explica el poema que da nombre a mi colegio, como uno de los firmes reyes que combaten foscos en lejanías de oro azulinas. Tal vez, a veces, lo veía como uno ve a sus padres, seres siempre presentes que ni conflictos de adolescencia o divorcios lograrán hacer desaparecer, porque ellos no pueden, jamás deben desaparecer de nuestras vidas antes de tiempo.

Y eso pasaba con Constantino. No había ese sentido de urgencia. Él siempre estaría ahí, en esa hermosa casona barranquina, esforzándose al máximo para educarnos, para hacer de nosotros mejores personas. Recuerdo, por ejemplo, que en la presentación de su libro había tanta gente pidiéndole que les dedicara un ejemplar de “Diario Educar” que pensé que lo mejor era no molestarlo en ese momento. Ya iría al colegio “cualquier día de estos”. Al final conseguí su firma ahí mismo, en Dédalo, y ahora ese libro es para mí, mucho más que antes, un tesoro imprescindible. Como ex-alumno lo veía poco pero todos los años me encontraba con él, en los lugares más inesperados, ya fuese en el Wong del bulevar Asia, o en la librería Crisol comprando algún libro. Siempre hablábamos algunos minutos y luego uno de los dos tenía que irse. Pero yo siempre me iba tranquilo, muy tranquilo, sabía que si quería lo podía encontrar en el colegio.

Lamento haber creído en la difícil noción de la presencia eterna. No había forma de anticipar lo que sucedería ese lunes de agosto, pero sé que yo, y muchos otros, nos quedamos sin decirle muchas cosas, nos faltó esa gran conversación que siempre postergábamos. Ahora que ya no está, no importa lo que dejamos de hacer. Al menos me queda la satisfacción de haberlo conocido, de haber sido alumno de los Reyes Rojos.

Después de un lunes, un martes. Y ese martes fue el entierro. No pienso describir aquí los pormenores de ese día. Hubo mucho de murmullos esa tarde, a veces uno se sentía envuelto en un cuidadoso mar de frases apenas susurradas. Ignoro si la presencia de centenares de alumnos, ex-alumnos, profesores, padres de familia y amigos del colegio habrá aliviado en algo el dolor. Pero si de algo estoy seguro es que esa tarde demostramos que Constantino Carvallo estaba presente en todos nosotros y que nunca lo olvidaríamos. Yo, por ejemplo, nunca olvidaré que él siempre tuvo el acierto de obligarnos a hacer lo que no podíamos, me tardó años, pero descubrí lo que estaba detrás de esa exigencia: no existen límites, solamente los que nosotros mismos nos imponemos. Ha pasado poco tiempo. Pero se acabaron ya los murmullos y los susurros. Me  corresponde ahora en voz alta reafirmar mi pertenencia a los Reyes Rojos, a mi colegio.

Arcadio Bolaños.

November 9, 2011

Michele Del Campo - Viaje de no retorno (Galería Enlace)

I admire the work ok Michele Del Campo: he’s a very talented artist and his paintings are extraordinary and beautiful. I could say many things about his depictions of young people, his chromatic juxtapositions, his luminescent settings, his subtle –almost subliminal- message / meaning... But I think it would be better if this time I simply quote the artist. After all, how could we not pay attention to the words of a true creator like Michele Del Campo?

Al otro lado


…But what does “Viaje de no retorno” (Journey of no Return) mean?


Until now I have been referring to the title of my upcoming solo exhibition without lingering on its meaning in the context of my exhibition. Now that I have already created most of the pieces for the show and I have been analyzing the ideas behind most of them, I should explain what is the general concept behind the whole exhibition. I avoided revealing it before because that would have constrained and limited my process of investigation from the beginning. Instead, in a project of long duration (one year or one year and a half) the ideas and concepts can change slightly along with the artist as a person, with his experience, knowledge and inspiration, and that is positive for creativity. In fact this exhibition represents a big change of line into my work, which also reflects some changes that I have gone through as a person.


In “Journey of no Return” my intention is to show an existentialist, melancholic and gloomy view of certain youth that see no bright future in front of them.
 

I am trying to depict the abandonment, the emptiness, the feeling of deception and loss and, in some cases the degeneration in behavior produced by their loss of values and perspectives. An image that is antithetical to the bright and happy picture that the capitalist world sells to them to direct their aspirations. They have realized that they will never reach the idyllic future – ideas of justice, comfort, welfare, beauty and happiness- that is advertised all around them in our consumerist society and, therefore, have allowed themselves to fall down, to go astray and aimless through a journey that will not admit a return, a “Journey of no Return”.

The exhibition will open on November 4th at the Galería Enlace Arte Contemporáneo (Lima, Peru) and will be available to view until December 2nd.


Michele Del Campo
Cementerio de coches

By the way, I’m including my recently inked page. You can find the penciled version on my previous post. And soon I’ll have the final version ready. Drawing these two pages for Chris Lewis, an American writer, has been quite difficult compared to other scripts. Although the final result is not bad, especially taking into account time constraints. What do you think about the paintings? What about my page?

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Camino a la oscuridad

La Galería Enlace tuvo el acierto de invitar a Perú al artista italiano, radicado en Inglaterra, Michele Del Campo. Ya antes había visto algunos trabajos de este gran artista y siempre me fascinó la naturaleza ambigua de sus hombres y mujeres, siempre en el límite entre lo aceptado y lo rechazado, y es que Michele se esfuerza por compartir con nosotros la mirada que tiene sobre la juventud de hoy. No la juventud exitosa que come en restaurantes de moda, viaja a menudo y compra carros del año; sino esa otra juventud, la inmensa mayoría, la que está resbalando en los límites entre la legalidad y la clandestinidad, entre la marginalidad y la pobreza.

Es especialmente revelador que un artista italiano nos confronte tan brutalmente con una realidad que no resulta ajena a los latinoamericanos (y tampoco a los europeos). La muestra titulada “Viaje de no retorno”, está actualmente en exhibición en la Galería Enlace y abierta al público hasta el 2 de diciembre; se compone de diez cuadros de gran formato, todos con una energía única, con un tratamiento de la luminosidad y, en general, con una pasión que sorprenderá a cualquier espectador.
catalogue / catálogo

“Al otro lado” es un cuadro de casi dos metros por tres metros, en el que se admira el dominio absoluto de la técnica de este talentosísimo italiano. Con pinceladas seguras, precisas, y con yuxtaposiciones cromáticas realmente soberbias, Michele nos permite entrar en su mundo, pero sólo hasta donde ese mayestático muro nos permite. Allende la barrera divisoria se encuentra la promesa que todos deben anhelar: el nuevo iPod, la ropa de marca, en una palabra, el paraíso desde la sociedad del consumo. No obstante, y como resulta evidente, el grupo de jóvenes que están en este cuadro se encuentran al margen de dicha sociedad. Con una actitud matonesca y casi de pandilleros, no hacen sino demostrar su verdadero yo: el despojo, el resentimiento, la exclusión social. Hoy, más que nunca, los problemas económicos a gran escala se hacen sentir en el primer mundo y ya no son más realidad exclusiva de nuestros países. No deja de ser anecdótico, por no decir sintomático, que uno de los cuadros de esta muestra “Una de ellos” que presenta a un grupo de adolescentes tirando piedras a una fábrica fue realizado el mismo día en que sucedieron los disturbios generados por los ciudadanos relegados de las afueras de Londres, que atacaron diversos comercios y locales de la gran ciudad.

“Cementerio de coches” mide aproximadamente dos metros por dos metros, y es un ejemplo del poder del erotismo en manos de un maestro de la pintura. El hiperrealismo, corriente de la que Michele es deudor, tiene aquí su exponente máximo. En un cementerio de automóviles, viejos y oxidados, en el que podemos identificar cada modelo de carro, cada avería, cada destrozo y hasta cada brizna de hierba, una destartalada furgoneta nos permite atestiguar el coito apresurado, nervioso, casi desconcertado de una pareja, suponemos, de jóvenes que deben realizar el acto allí mismo en vez de ir a un hotelillo, seguro por falta de dinero. Al no develar los cuerpos por completo, Michele pone nuestra imaginación a trabajar. Este es un cuadro sumamente sugestivo, realmente único.
my inks / mis tintas

El tríptico “Camino a la oscuridad” tiene 1.70m de alto por 4m de ancho. El túnel es colosal, gigantesco, y de pie frente al cuadro podemos sentirnos caminando en esa oscuridad, siguiendo a esa mujer por las vías del tren, buscando quizá ser arrollada. La presencia del suicidio es clara en algunos de los cuadros de Michele, y es que la adolescencia y la juventud sueles ser catalizadores de los deseos autodestructivos que nos llevan a actos desesperados. El juego de luces y sombras, la armonía entre los colores, el movimiento y dinamismo de la figura de la mujer, todo se conjuga armónicamente en esta gran obra de arte.

Ver los cuadros de Hugo Salazar y Michele Del Campo la noche misma de la inauguración fue un verdadero privilegio; y ahora, en la medida de lo posible, trataré de comentar más cuadros de estos artistas. Michele Del Campo, además de hablar italiano e inglés, también maneja el español, y gracias a eso pudo entender mi nombre y firmarme el catálogo. Si bien se queda 20 días en Perú, al día siguiente de la muestra partía para Arequipa y Cusco. Me contó que era su primera visita al Perú y, obviamente, tenía pensado aprovechar su viaje para hacer un poco de turismo. Me hubiese gustado hacerle una entrevista, pero ya será para su próxima visita. Al fin y al cabo, ha vendido suficientes cuadros aquí en Lima como para garantizar una segunda muestra.

Finalmente, incluyo mi página ya entintada. La versión a lápiz está en el post anterior. Y pronto tendré la lista la versión final. Dibujar estas dos páginas para el guionista norteamericano Chris Lewis ha sido lo más difícil que me han mandado hasta ahora, pero creo que no ha quedado mal, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones de tiempo. ¿Qué opinan de los cuadros? ¿Y de mi página?