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May 4, 2015

Miracleman # 15 - Alan Moore & John Totleben

Were I someone else I’d wish to god that I did not, but being god, have none to whom I might address such pleas”, explains Miracleman, lost in his thoughts and wandering the empty halls of Olympus. Even as an omnipotent deity, he is no stranger to remorse. He regrets what happened years ago in London. He still has nightmares about it. He remembers not just the destruction of the city, but rather more vividly the inhuman torture inflicted by Johnny Bates upon defenseless humans.

Alan Moore combines future and present in “Nemesis” (originally published in Miracleman # 15, November 1988), the unforgettable narrative climax of the Olympus saga, carefully suggesting the similitudes between Earth’s greatest superhero and his vengeful former sidekick. Artist John Totleben shares with us a remarkable splash page in which the vicious Johnny Bates is sitting down, looking not tired but rather mildly bored after hours of senseless destruction. Surrounded by countless decapitated heads and the ruins of what once was England’s capital, Bates awaits the arrival of the hero.

In his tormented and cruel mind, Bates has but one goal: to kill Miracleman. Of course, his former mentor is now accompanied by the emissary of the Warpsmiths, Miraclewoman and other allies. The ensuing battle is brutal and very impressive. One by one, all of Miracleman’s comrades fail to stop Bates. During the fight, Alan Moore describes the characters surprising powers and Totleben makes sure to translate his imaginative ideas and concepts into unique and haunting images.

“The battle, far too big to be contained by simple facts, has spawned so many different legends, each with its own adherents; as valid, if not more so, as the truth”, affirms Miracleman in his Olympian future. In two wonderful pages, Moore unleashes his creativity with six legendary reinterpretations of the Battle of London, the battle for the preservation of the world. 
Johnny Bates

In the end, Aza Chorn, Ambassador of the Warpsmiths, comes up with the right strategy to defeat Bates. Bates is like an immortal god of destruction, of death and war, he can be neither killed nor destroyed, but he can be hurt. And when hurt, he forgets he’s a superhuman creature and reacts like only a wounded normal human being would. The result: he utters the word that reverts him to his real self: a 13 year-old kid, still frightened and injured after the sexual abuse suffered in the previous chapter.
Miracleman kills his former ally / Miracleman mata a su ex-aliado

As orphans, Miracleman and Kid Miracleman had found in each other a surrogate family. They had been friends and partners for a long time. But things had changed as we saw in the beginning of the series. Now Miracleman finally understands that there can only by one solution, one heartbreaking alternative. He breaks Johnny’s skull, and then holds his lifeless body with the same agony a father would carry his son’s corpse. 

This unforgettable scene was first scripted as a single page “but feeling this key moment needed more space, Totleben expanded it to convey the depth of Miracleman’s anguish and the extent of London’s destruction”. Like a Renaissance artist that spends years painting the apocalypse or the infernal netherworld, Totleben devoted a considerable amount of time to one of the best double page spreads I’ve seen in my life. Like hell on Earth, like the consequence of an impossible war, we can admire in these two pages a mural of unprecedented artistic value, a dramatic composition that describes in outstanding detail the horror of Bates tanathic triumph. I could spend hours looking at this double page spread and I would still be shocked by the violent images of impaling, dismemberment, mutilation, beheading and death. Totleben takes a most visceral approach to devastation, and conveys the most intense human emotions in these two pages. Miracleman and the lifeless Johnny Bates are only a fraction of the apocalypse.

The final page is another masterful touch by Totleben; it occurs years after the catastrophe. Olympus has been placed above the last urban vestiges of what was once known as London. A melancholic and meditative Miracleman walks among the thousands of skeletons that guard the ruins of the obliterated metropolis. He sits down and takes a skull, just like Johnny Bates did on the initial splash page. Moore sums it all up brilliantly: “These charnel pastures serve as a reminder, a memento mori, never letting us forget that though Olympus pierce the very skies, in all the history of Earth, there’s never been a heaven; never been a house of gods… that was not built on human bones”.

To get a better understanding of this third volume I ask you to please check the following links:

Miracleman # 11 
http://artbyarion.blogspot.com/2015/01/miracleman-11-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 12
http://artbyarion.blogspot.com/2015/02/miracleman-12-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 13
http://artbyarion.blogspot.com/2015/03/miracleman-13-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 14
http://artbyarion.blogspot.com/2015/04/miracleman-14-alan-moore-john-totleben.html
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Si yo fuera otro desearía pedirle a dios no ser yo mismo, pero al ser dios, no tengo a nadie a quien dirigir semejantes súplicas”, explica Miracleman, perdido en sus pensamientos y vagando por los pasillos vacíos del Olimpo. Incluso al ser una deidad omnipotente, no es ajeno al remordimiento. Él lamenta lo que sucedió hace años en Londres; algo que todavía le provoca pesadillas. Además de la destrucción de la ciudad, él recuerda vívidamente la tortura inhumana infligida por Johnny Bates a seres humanos indefensos.
Totleben's most dramatic scene / la escena más dramática de Totleben

Alan Moore combina futuro y presente en “Némesis” (publicado originalmente en Miracleman # 15, noviembre de 1988), el inolvidable clímax narrativo de la saga del Olimpo, en donde se sugiere cuidadosamente las similitudes entre el mayor superhéroe de la Tierra y su vengativo ex-compañero. El artista John Totleben comparte con nosotros una notable página en la que el cruel Johnny Bates está sentado, no se ve cansado, sino ligeramente aburrido después de horas de destrucción sin sentido. Rodeado de innumerables cabezas decapitadas y las ruinas de lo que alguna vez fue la capital de Inglaterra, Bates espera la llegada del héroe.

En su mente atormentada y maligna, Bates tiene un sólo objetivo: matar a Miracleman. Por supuesto, su antiguo mentor está acompañado por el emisario de los Warpsmiths, Miraclewoman y otros aliados. La batalla es brutal y sumamente impresionante. Uno por uno, todos los camaradas de Miracleman fracasan contra Bates. Durante la lucha, Alan Moore describe los sorprendentes poderes de estos personajes y Totleben se asegura de traducir sus ideas e imaginativos conceptos en imágenes únicas y arrebatadoras.

“La batalla, demasiado inmensa para ser contenida en hechos simples, ha dado lugar a tantas leyendas distintas, cada una con sus propios seguidores; tan válidas, o acaso más, que la verdad”, afirma Miracleman en su futuro olímpico. En dos páginas maravillosas, Moore da rienda suelta a su creatividad con seis reinterpretaciones legendarias de la batalla de Londres, la batalla por la salvación del mundo.
an intense fragment of the apocalypse / un intenso fragmento del apocalipsis

Al final, Aza Chorn, embajador de los Warpsmiths, piensa en la estrategia adecuada para derrotar a Bates. Bates es como un dios inmortal de la destrucción, la muerte y la guerra, y no puede ser matado ni destruido, aunque sí herido. Y cuando es herido, él olvida que es una criatura sobrehumana y reacciona tal como lo haría un ser humano normal. El resultado: pronuncia la palabra que lo convierte en su verdadero ser: un niño de 13 años de edad, todavía asustado y herido después del abuso sexual sufrido en el capítulo anterior.
Years after the destruction of London / años después de la destrucción de Londres


Al ser huérfanos, Miracleman y Kid Miracleman habían encontrado el uno en el otro a una familia sustituta. Habían sido amigos y socios durante mucho tiempo. Pero las cosas habían cambiado, como vimos en el comienzo de la serie. Ahora Miracleman finalmente entiende que solamente queda una solución, una desgarradora alternativa. Él rompe el cráneo de Johnny, y luego sostiene su cuerpo sin vida con la misma agonía de un padre que carga el cadáver de su hijo.
original cover by Totleben / portada original de Totleben

Esta escena inolvidable fue inicialmente concebida como una sola página “pero sintiendo que este momento clave necesitaba más espacio, Totleben la amplió para transmitir la profundidad de la angustia de Miracleman y el grado de destrucción de Londres”. Como un artista del Renacimiento que pasa años pintando el apocalipsis o el inframundo, Totleben dedicó una cantidad considerable de tiempo para una de las mejores páginas dobles que he visto en mi vida. Al igual que el infierno en la Tierra, como la consecuencia de una guerra imposible, podemos admirar en estas dos páginas un mural de valor artístico sin precedentes, una composición dramática que describe con sobresaliente detalle el horror del triunfo tanático de Bates. Podría pasar horas contemplando esta página doble y seguiría sorprendiéndome con las imágenes violentas de empalamiento, desmembramiento, mutilación, decapitación y muerte. Totleben adopta un enfoque visceral en relación a la devastación, y transmite las más intensas emociones humanas en estas dos páginas. Miracleman y un Johnny Bates sin vida son apenas una fracción de este apocalipsis.

La página final es otro toque magistral de Totleben; ocurre años después de la catástrofe. El Olimpo sobrevuela por encima de los últimos vestigios urbanos de lo que antes era Londres. Un Miracleman melancólico y meditativo camina entre los miles de esqueletos que custodian las ruinas de la metrópolis arrasada. Se sienta y sujeta un cráneo, tal como lo hace Johnny Bates en la página inicial. Moore resume todo brillantemente: “Estos pastos sepulcrales sirven como un recordatorio, un memento mori, que nunca nos permitirá olvidar que aunque el Olimpo perfora los mismísimos cielos, en toda la historia de la Tierra, nunca ha habido un paraíso; nunca ha habido una casa de los dioses... que no haya sido construida sobre huesos humanos”.

Para entender mejor este tercer volumen les pido que por favor revisen los siguientes links:

Miracleman # 11 
http://artbyarion.blogspot.com/2015/01/miracleman-11-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 12
http://artbyarion.blogspot.com/2015/02/miracleman-12-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 13
http://artbyarion.blogspot.com/2015/03/miracleman-13-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 14
http://artbyarion.blogspot.com/2015/04/miracleman-14-alan-moore-john-totleben.html