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June 22, 2021

Superman # 2 - John Byrne

John Byrne was ahead of his time. Let’s think about 2004, when Brad Meltzer wrote Identity Crisis, a fascinating miniseries that showed us how dangerous it was for a superhero to have their secret identity revealed. Superheroes can be invulnerable to most threats thanks to their incredible superpowers, but the people close to them, their loved ones, are still fragile humans. Decades before Meltzer conceived this saga, John Byrne explored how horrific the consequences could be in a magnificent story titled “The Secret Revealed!” (originally published in Superman # 2, January 1987).

As we saw in Byrne’s Man of Steel, in the post Crisis continuity Lex Luthor was no longer a crazy scientist trying to rob banks, in fact, he had more money than all banks combined. As the second or third richest man in the world, Luthor’s ambition was to prove he was the most powerful man in Metropolis, and he certainly was, until the arrival of Superman. The fact that he’s a billionaire, CEO of Lexcorp and virtually owner of pretty much every business and industry in Metropolis makes him way more dangerous than ever before. 
Lana Lang

Intrigued by Clark Kent’s sudden rise as the Daily Planet’s top reporter (and responsible for the first historical interview with Superman), Luthor uses his considerable resources to find the connections between the journalist from Smallville and the Man of Steel. And in a splash page magnificently illustrated by Byrne we see a familiar face connected with many of Superman sightings: Lana Lang. Quickly, Luthor comes to the conclusion that to find out the secrets of Superman first he must find who this woman is.

The first time I had access to this story was in the Spanish Zinco edition, and because they used to part the stories in half, I only read the first 12 pages and then I was left with one hell of a cliffhanger, it wasn’t until years later that I managed to read the remaining the 10 pages. Byrne was such a talented writer that you could take any comic written by him, divided in 2 or 3 parts, and you could very easily find surprising cliffhangers. That ability of constantly creating interest and increasing the suspense page after page is not only the mark of a creative writer but also the evidence of how much we’ve lost in contemporary comic books. 
Doctor Happersen, Lex Luthor & Metallo

Luthor sends his henchmen to Smallville, where they kidnap Lana Lang and steal valuable items from Jonathan and Martha Kent, including a scrapbook which will have major repercussions in later issues. Under Luthor’s orders they torture Lana and ask what is her real connection with Superman. Despite all the fear and the pain Lana experiences, she still refuses to reveal Superman’s secrets. Upon her release, she goes to Clark Kent’s apartment building, leaving a trail of blood behind her. I remember how scary this moment was, when an unsuspecting Superman returns home and finds out that an old childhood friend had been hurt. 

Like I said in the beginning, Superman might be indestructible, invulnerable and even invincible, but the people around him are not. Byrne’s art is excellent, especially when it comes to depicting the shocking moment when Clark Kent finds a wounded Lana Lang, and Byrne’s complete dominion over facial expressions creates moments of unique tenderness and connection between Clark and Lana, he feels in pain after seeing what’s happened to her even if she tries to put up a brave face (all the art in this issue is amazing, including the cover which a few years ago was considered outdated and now it has the charm of a vintage proposal); however, the tension continues to escalate, as Lana explains that the Kents might have fallen victim to a similar fate. 

When Superman tries to apprehend Luthor’s henchmen, they die in an explosion, and fortunately the Martha and Jonathan Kent are still safe and sound, but still Superman is so angry that he decides to have a direct confrontation with Luthor, who had recently attempted to kill Metallo (check Heart of Stone, Superman # 1) with the help doctor Happersen (a character that will become more relevant in future years) to retrieve the kryptonite that is so lethal to the Man of Steel. Superman knows that Luthor was behind all this attack, but he can’t prove it, and now that Luthor has a ring of kryptonite, the hero of Metropolis can’t even come close to the richest man in the city. 

Byrne showed me, all those years ago, what a menacing and scary Luthor could be as an enemy. “That was the beginning, then. The beginning of a fascination with comic books in general, and Superman in particular, that has persisted more or less consistently to the present day”, has expressed Byrne. And I must say that, for me, comics like this were also the beginning of an everlasting fascination. 
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John Byrne se adelantó a su tiempo. Pensemos en el 2004, cuando Brad Meltzer escribió Identity Crisis, una fascinante miniserie que nos mostró lo peligroso que era para un superhéroe que se revelara su identidad secreta. Los superhéroes pueden ser invulnerables a la mayoría de las amenazas gracias a sus increíbles superpoderes, pero las personas cercanas a ellos, sus seres queridos, siguen siendo humanos frágiles. Décadas antes de que Meltzer concibiera esta saga, John Byrne exploró cuán horribles podrían ser las consecuencias en una magnífica historia titulada "¡El secreto revelado!" (publicada originalmente en Superman # 2, enero de 1987).

Como vimos en Man of Steel de Byrne, en la continuidad post-crisis, Lex Luthor ya no era un científico loco que intentaba robar bancos, de hecho, tenía más dinero que todos los bancos juntos. Como el segundo o tercer hombre más rico del mundo, la ambición de Luthor era demostrar que era el hombre más poderoso de Metrópolis, y ciertamente lo era, hasta la llegada de Superman. El hecho de que sea multimillonario, director ejecutivo de Lexcorp y prácticamente propietario de casi todos los negocios e industrias de Metrópolis lo hace mucho más peligroso que nunca.
Lana Lang & Clark Kent

Intrigado por el repentino ascenso de Clark Kent como el principal reportero del Daily Planet (y responsable de la primera entrevista histórica con Superman), Luthor usa sus considerables recursos para encontrar las conexiones entre el periodista de Smallville y el Hombre de Acero. Y en una página de presentación magníficamente ilustrada por Byrne, vemos un rostro familiar relacionado con muchos de los avistamientos de Superman: Lana Lang. Rápidamente, Luthor llega a la conclusión de que para descubrir los secretos de Superman primero debe averiguar quién es esta mujer.

La primera vez que tuve acceso a esta historia fue en la edición en español de Zinco, y como solían dividir las historias por la mitad, solo leí las primeras 12 páginas y luego me quedé con ganas de saber cuál fue el desenlace. Hasta que años después logré leer las 10 páginas restantes. Byrne era un escritor tan talentoso que se podía tomar cualquier cómic escrito por él, dividirlo en 2 o 3 partes, y era muy fácil encontrar cliffhangers sorprendentes. Esa capacidad de generar interés constantemente y aumentar el suspenso página tras página no sólo es la marca de un escritor creativo, sino también la evidencia de cuánto hemos perdido en los cómics contemporáneos.

Luthor envía a sus secuaces a Smallville, donde secuestran a Lana Lang y roban objetos valiosos de Jonathan y Martha Kent, incluido un álbum de recortes que tendrá importantes repercusiones en números posteriores. Bajo las órdenes de Luthor, torturan a Lana y le preguntan cuál es su conexión real con Superman. A pesar de todo el miedo y el dolor que experimenta Lana, todavía se niega a revelar los secretos de Superman. Tras su liberación, va al edificio de apartamentos de Clark Kent, dejando un rastro de sangre detrás de ella. Recuerdo lo aterrador que fue este momento, cuando un desprevenido Superman regresa a casa y descubre que una vieja amiga de la infancia había sido herida.
Lex Luthor versus Superman

Como dije al principio, Superman puede ser indestructible, invulnerable e incluso invencible, pero las personas que lo rodean no lo son. El arte de Byrne es excelente, especialmente cuando se trata de representar el momento impactante cuando Clark Kent encuentra a una Lana Lang herida, y el dominio completo de Byrne sobre las expresiones faciales crea momentos de ternura y conexión únicas entre Clark y Lana, él siente dolor después de ver lo que le sucedió a ella aunque trate de poner cara de valiente (todo el arte de este número es asombroso, incluida la portada que hace unos años se consideraba anticuada y ahora tiene el encanto de una propuesta vintage); sin embargo, la tensión sigue aumentando, ya que Lana explica que los Kent podrían haber sido víctimas de un destino similar.

Cuando Superman intenta detener a los secuaces de Luthor, mueren en una explosión y, afortunadamente, Martha y Jonathan Kent estaban sanos y salvos, pero Superman está tan enojado que decide tener una confrontación directa con Luthor, quien recientemente había intentado matar a Metallo (revisad Corazón de piedra, Superman # 1) con la ayuda del doctor Happersen (un personaje que cobrará mayor relevancia en los próximos años) para recuperar la kriptonita que es tan letal para el Hombre de Acero. Superman sabe que Luthor estuvo detrás de todo este ataque, pero no puede probarlo, y ahora que Luthor tiene un anillo de kriptonita, el héroe de Metrópolis ni siquiera puede acercarse al hombre más rico de la ciudad.

Byrne me mostró, hace todos esos años, lo amenazante y aterrador que Luthor podía ser como enemigo. “Ese fue el comienzo, entonces. El comienzo de una fascinación por los cómics en general, y por Superman en particular, que ha persistido de manera más o menos consistente hasta nuestros días ”, ha expresado Byrne. Y debo decir que, para mí, los cómics como este también fueron el comienzo de una fascinación eterna.

May 4, 2015

Miracleman # 15 - Alan Moore & John Totleben

Were I someone else I’d wish to god that I did not, but being god, have none to whom I might address such pleas”, explains Miracleman, lost in his thoughts and wandering the empty halls of Olympus. Even as an omnipotent deity, he is no stranger to remorse. He regrets what happened years ago in London. He still has nightmares about it. He remembers not just the destruction of the city, but rather more vividly the inhuman torture inflicted by Johnny Bates upon defenseless humans.

Alan Moore combines future and present in “Nemesis” (originally published in Miracleman # 15, November 1988), the unforgettable narrative climax of the Olympus saga, carefully suggesting the similitudes between Earth’s greatest superhero and his vengeful former sidekick. Artist John Totleben shares with us a remarkable splash page in which the vicious Johnny Bates is sitting down, looking not tired but rather mildly bored after hours of senseless destruction. Surrounded by countless decapitated heads and the ruins of what once was England’s capital, Bates awaits the arrival of the hero.

In his tormented and cruel mind, Bates has but one goal: to kill Miracleman. Of course, his former mentor is now accompanied by the emissary of the Warpsmiths, Miraclewoman and other allies. The ensuing battle is brutal and very impressive. One by one, all of Miracleman’s comrades fail to stop Bates. During the fight, Alan Moore describes the characters surprising powers and Totleben makes sure to translate his imaginative ideas and concepts into unique and haunting images.

“The battle, far too big to be contained by simple facts, has spawned so many different legends, each with its own adherents; as valid, if not more so, as the truth”, affirms Miracleman in his Olympian future. In two wonderful pages, Moore unleashes his creativity with six legendary reinterpretations of the Battle of London, the battle for the preservation of the world. 
Johnny Bates

In the end, Aza Chorn, Ambassador of the Warpsmiths, comes up with the right strategy to defeat Bates. Bates is like an immortal god of destruction, of death and war, he can be neither killed nor destroyed, but he can be hurt. And when hurt, he forgets he’s a superhuman creature and reacts like only a wounded normal human being would. The result: he utters the word that reverts him to his real self: a 13 year-old kid, still frightened and injured after the sexual abuse suffered in the previous chapter.
Miracleman kills his former ally / Miracleman mata a su ex-aliado

As orphans, Miracleman and Kid Miracleman had found in each other a surrogate family. They had been friends and partners for a long time. But things had changed as we saw in the beginning of the series. Now Miracleman finally understands that there can only by one solution, one heartbreaking alternative. He breaks Johnny’s skull, and then holds his lifeless body with the same agony a father would carry his son’s corpse. 

This unforgettable scene was first scripted as a single page “but feeling this key moment needed more space, Totleben expanded it to convey the depth of Miracleman’s anguish and the extent of London’s destruction”. Like a Renaissance artist that spends years painting the apocalypse or the infernal netherworld, Totleben devoted a considerable amount of time to one of the best double page spreads I’ve seen in my life. Like hell on Earth, like the consequence of an impossible war, we can admire in these two pages a mural of unprecedented artistic value, a dramatic composition that describes in outstanding detail the horror of Bates tanathic triumph. I could spend hours looking at this double page spread and I would still be shocked by the violent images of impaling, dismemberment, mutilation, beheading and death. Totleben takes a most visceral approach to devastation, and conveys the most intense human emotions in these two pages. Miracleman and the lifeless Johnny Bates are only a fraction of the apocalypse.

The final page is another masterful touch by Totleben; it occurs years after the catastrophe. Olympus has been placed above the last urban vestiges of what was once known as London. A melancholic and meditative Miracleman walks among the thousands of skeletons that guard the ruins of the obliterated metropolis. He sits down and takes a skull, just like Johnny Bates did on the initial splash page. Moore sums it all up brilliantly: “These charnel pastures serve as a reminder, a memento mori, never letting us forget that though Olympus pierce the very skies, in all the history of Earth, there’s never been a heaven; never been a house of gods… that was not built on human bones”.

To get a better understanding of this third volume I ask you to please check the following links:

Miracleman # 11 
http://artbyarion.blogspot.com/2015/01/miracleman-11-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 12
http://artbyarion.blogspot.com/2015/02/miracleman-12-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 13
http://artbyarion.blogspot.com/2015/03/miracleman-13-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 14
http://artbyarion.blogspot.com/2015/04/miracleman-14-alan-moore-john-totleben.html
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Si yo fuera otro desearía pedirle a dios no ser yo mismo, pero al ser dios, no tengo a nadie a quien dirigir semejantes súplicas”, explica Miracleman, perdido en sus pensamientos y vagando por los pasillos vacíos del Olimpo. Incluso al ser una deidad omnipotente, no es ajeno al remordimiento. Él lamenta lo que sucedió hace años en Londres; algo que todavía le provoca pesadillas. Además de la destrucción de la ciudad, él recuerda vívidamente la tortura inhumana infligida por Johnny Bates a seres humanos indefensos.
Totleben's most dramatic scene / la escena más dramática de Totleben

Alan Moore combina futuro y presente en “Némesis” (publicado originalmente en Miracleman # 15, noviembre de 1988), el inolvidable clímax narrativo de la saga del Olimpo, en donde se sugiere cuidadosamente las similitudes entre el mayor superhéroe de la Tierra y su vengativo ex-compañero. El artista John Totleben comparte con nosotros una notable página en la que el cruel Johnny Bates está sentado, no se ve cansado, sino ligeramente aburrido después de horas de destrucción sin sentido. Rodeado de innumerables cabezas decapitadas y las ruinas de lo que alguna vez fue la capital de Inglaterra, Bates espera la llegada del héroe.

En su mente atormentada y maligna, Bates tiene un sólo objetivo: matar a Miracleman. Por supuesto, su antiguo mentor está acompañado por el emisario de los Warpsmiths, Miraclewoman y otros aliados. La batalla es brutal y sumamente impresionante. Uno por uno, todos los camaradas de Miracleman fracasan contra Bates. Durante la lucha, Alan Moore describe los sorprendentes poderes de estos personajes y Totleben se asegura de traducir sus ideas e imaginativos conceptos en imágenes únicas y arrebatadoras.

“La batalla, demasiado inmensa para ser contenida en hechos simples, ha dado lugar a tantas leyendas distintas, cada una con sus propios seguidores; tan válidas, o acaso más, que la verdad”, afirma Miracleman en su futuro olímpico. En dos páginas maravillosas, Moore da rienda suelta a su creatividad con seis reinterpretaciones legendarias de la batalla de Londres, la batalla por la salvación del mundo.
an intense fragment of the apocalypse / un intenso fragmento del apocalipsis

Al final, Aza Chorn, embajador de los Warpsmiths, piensa en la estrategia adecuada para derrotar a Bates. Bates es como un dios inmortal de la destrucción, la muerte y la guerra, y no puede ser matado ni destruido, aunque sí herido. Y cuando es herido, él olvida que es una criatura sobrehumana y reacciona tal como lo haría un ser humano normal. El resultado: pronuncia la palabra que lo convierte en su verdadero ser: un niño de 13 años de edad, todavía asustado y herido después del abuso sexual sufrido en el capítulo anterior.
Years after the destruction of London / años después de la destrucción de Londres


Al ser huérfanos, Miracleman y Kid Miracleman habían encontrado el uno en el otro a una familia sustituta. Habían sido amigos y socios durante mucho tiempo. Pero las cosas habían cambiado, como vimos en el comienzo de la serie. Ahora Miracleman finalmente entiende que solamente queda una solución, una desgarradora alternativa. Él rompe el cráneo de Johnny, y luego sostiene su cuerpo sin vida con la misma agonía de un padre que carga el cadáver de su hijo.
original cover by Totleben / portada original de Totleben

Esta escena inolvidable fue inicialmente concebida como una sola página “pero sintiendo que este momento clave necesitaba más espacio, Totleben la amplió para transmitir la profundidad de la angustia de Miracleman y el grado de destrucción de Londres”. Como un artista del Renacimiento que pasa años pintando el apocalipsis o el inframundo, Totleben dedicó una cantidad considerable de tiempo para una de las mejores páginas dobles que he visto en mi vida. Al igual que el infierno en la Tierra, como la consecuencia de una guerra imposible, podemos admirar en estas dos páginas un mural de valor artístico sin precedentes, una composición dramática que describe con sobresaliente detalle el horror del triunfo tanático de Bates. Podría pasar horas contemplando esta página doble y seguiría sorprendiéndome con las imágenes violentas de empalamiento, desmembramiento, mutilación, decapitación y muerte. Totleben adopta un enfoque visceral en relación a la devastación, y transmite las más intensas emociones humanas en estas dos páginas. Miracleman y un Johnny Bates sin vida son apenas una fracción de este apocalipsis.

La página final es otro toque magistral de Totleben; ocurre años después de la catástrofe. El Olimpo sobrevuela por encima de los últimos vestigios urbanos de lo que antes era Londres. Un Miracleman melancólico y meditativo camina entre los miles de esqueletos que custodian las ruinas de la metrópolis arrasada. Se sienta y sujeta un cráneo, tal como lo hace Johnny Bates en la página inicial. Moore resume todo brillantemente: “Estos pastos sepulcrales sirven como un recordatorio, un memento mori, que nunca nos permitirá olvidar que aunque el Olimpo perfora los mismísimos cielos, en toda la historia de la Tierra, nunca ha habido un paraíso; nunca ha habido una casa de los dioses... que no haya sido construida sobre huesos humanos”.

Para entender mejor este tercer volumen les pido que por favor revisen los siguientes links:

Miracleman # 11 
http://artbyarion.blogspot.com/2015/01/miracleman-11-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 12
http://artbyarion.blogspot.com/2015/02/miracleman-12-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 13
http://artbyarion.blogspot.com/2015/03/miracleman-13-alan-moore-john-totleben.html

Miracleman # 14
http://artbyarion.blogspot.com/2015/04/miracleman-14-alan-moore-john-totleben.html

March 25, 2012

Winter Soldier # 1 - Ed Brubaker & Butch Guice

Lee Bermejo
I read Captain America’s relaunch last year and I didn’t feel particularly interested in it. It’s not that Ed Brubaker came up with a bad story, it’s just that I didn’t feel the urge to know what would happen next. I have had a few problems with Brubaker in the past, his first arc in Daredevil was intense and unforgettable, but after a while some of his narrative resources seemed a bit stagnant, a bit monotonous.

So I was a bit on the fence when I saw the solicitations for Winter Soldier. But Lee Bermejo’s cover was quite persuasive. And so I preordered it. I read it. And I enjoyed it. Brubaker returns to that which he does best: spies, intrigues and crime with a noir feel. And Butch Guice is the ideal artistic partner for such a project. I must admit that since page one I felt immediately seduced by Guice’s wonderful art. His pages in Captain America were great, but I think he’s even greater here.

Guice has graphically rechanneled the tradition of Marvel’s espionage books of the past, and thus, we have a certain sense of Jim Steranko’s Nick Fury in these pages. Just the thought of having 9 panels in a single page (quite a striking page, by the way) is like a revolutionary statement nowadays, in an era which artists seem quite comfortable with several splash pages and double page spreads per issue. The layout of the panels and the grittiness of Guice’s inks converge in a magnificent visual treat.
Butch Guice

Winter Soldier does feel like a very nice homage to the comics of the past, with an outstanding artistic approach and a very solid script. Someone could ask, however, what is the relevance of Russian spies in the 21st century? Well, as Slavoj Žižek wrote recently “we no longer have wars in the old sense of a conflict between sovereign states in which certain rules apply”. This, of course, finds a special validation if the course of Winter Soldier’s first issue, in which James “Bucky” Barnes remembers that during the Cold War, one skillful agent, in the right time and the right place, could be more effective than an army. Ivan Kragoff (also known as the villainous Red Ghost) subscribes to this idea too, which is in itself quite logical since in today’s world one terrorist, given the opportunity, can be more harmful than an entire army.
9 amazing panels / 9 viñetas asombrosas

Why did Bucky Barnes replace Captain America a couple of years ago? Steve Rogers, the idealistic and noble hero had died trying to protect innocent lives in the aftermath of Civil War. But this was also a symbolic death that had a clear statement: America, as we knew it, was gone. Or, at least, there had been some profound changes, and that is why Bucky, as the new Captain America, could do things that Steve Rogers would not even consider. Aided by Natasha Romanov (AKA the Black Widow), Winter Soldier faces a dangerous threat and unknown enemies in this new title, enemies that have decided to attack the embassy of Latveria. The target? Doctor Doom.


Certainly, what I referred to as “change” can be exemplified not only by Bush’s Patriotic Act but also by Jonathan Alter’s Newsweek article ‘Time to Think about Torture’; here, an average American citizen, in the end, arrives to a debatable conclusion: “It’s a new world, and survival may well require old techniques that seemed out of the question”.


One of the things that I enjoyed the most before the return of Steve Rogers was the constant questioning in Bucky’s mind. He knew he had resorted to all these ‘old techniques’, he knew that as the Winter Soldier he had killed and tortured many people, and yet he was now using the mantle of America’s most beloved hero. These internal contradictions transformed Bucky into a multidimensional character that had nothing to do with his more naïve and childish iteration from the 40s. Here’s hoping that Brubaker and Guice will take us again into a similar path of enjoyment.

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Winter Soldier & Black Widow

Leí el inicio de la nueva etapa del Capitán América el año pasado y no me sentí particularmente interesado. No es que Ed Brubaker escribiese un relato pobre, sino que no sentí ninguna urgencia en saber qué pasaría a continuación. He tenido algunos problemas con Brubaker en el pasado, su primer arco en Daredevil fue intenso e inolvidable, pero después algunos de sus recursos narrativos se sentían como estancados, monótonos.

Así que cuando me enteré de que saldría Winter Soldier dudé. Pero la portada de Lee Bermejo fue bastante persuasiva. Así que hice mi compra por adelantado. Lo leí. Y lo disfruté. Brubaker regresa a lo que mejor sabe hacer: espías, intrigas y crimen con un aire a serie negra. Y Butch Guice es el aliado artístico ideal para semejante proyecto. Debo admitir que desde la primera página me sentí inmediatamente seducido por el maravilloso arte de Guice. Sus páginas en Capitán América eran muy buenas, pero creo que aquí son incluso mejores.

Guice ha canalizado la tradición de los títulos de espionaje de Marvel de antaño, y de este modo, tenemos páginas que nos recuerdan al Nick Fury de Jim Steranko. Sólo la idea de tener 9 viñetas en una sola página (preciosa página, por cierto) parece revolucionario en la actualidad, en una etapa en la que los artistas se sienten más cómodos mientras menos tengan menos viñetas que elaborar. La distribución de los paneles y la determinación de las tintas de Guice convergen en un magnífico festín visual.
Doctor Doom

Winter Soldier es un óptimo homenaje a los cómics del pasado, con un estupendo enfoque artístico y un guión muy sólido. Alguien podría preguntar, sin embargo, ¿qué relevancia tienen los espías rusos en el siglo XXI? Bueno, como escribió Slavoj Žižek hace poco "ya no hay guerras en el viejo sentido de un conflicto entre estados soberanos en donde se aplican ciertas reglas". Esto, por supuesto, es especialmente válido en el transcurso del primer número de Winter Soldier, en el que James “Bucky” Barnes recuerda que durante la Guerra Fría, un agente capaz, en el lugar y en el momento adecuado, podía ser más más efectivo que un ejército. Ivan Kragoff (también conocido como el villano Red Ghost) piensa exactamente lo mismo, que no deja de ser bastante lógico, y es que en el mundo de hoy un terrorista, si tiene la oportunidad, puede causar más daño que todo un ejército.

¿Por qué Bucky Barnes reemplazó al Capitán América hace un par de años? Steve Rogers, el héroe noble e idealista había muerto intentando proteger vidas inocentes en el desenlace de Civil War. Pero esta fue también una muerte simbólica que tenía un significado: Estados Unidos, como lo conocíamos, ya no existía. O, por lo menos, habían ocurrido profundos cambios, y es por ello que Bucky, como el nuevo Capitán América, podía hacer cosas que Steve Rogers ni siquiera consideraría. Ayudado por Natasha Romanov (Black Widow), Winter Soldier se enfrenta a una peligrosa amenaza y a enemigos desconocidos en esta nueva colección, enemigos que han decidido atacar la embajada de Latveria. ¿El objetivo? Doctor Doom.

Ciertamente, el 'cambio' al que me refería puede ser ejemplificado no sólo por el Acta Patriótica de Bush sino también por el artículo de Newsweek de Jonathan Alter "Es momento de pensar en la tortura"; aquí, un típico ciudadano norteamericano llega a una debatible conclusión: "Es un nuevo mundo, y la sobrevivencia puede requerir viejas técnicas que antes no habríamos considerado".

Una de las cosas que más disfruté antes del regreso de Steve Rogers fue el constante cuestionamiento interno de Bucky. Él sabía que había recurrido a todas estas 'viejas técnicas', él sabía que, como Winter Soldier, había asesinado y torturado a mucha gente, y no obstante estaba usando el manto del héroe más amado de Estados Unidos. Estas contradicciones internas transformaron a Bucky en un personaje multidimensional que no tenía nada que ver con su versión más inocente e infantil de los años 40. Espero que Brubaker y Guice no se aparten del buen camino.